Oilily es una marca que me ha acompañado durante toda mi infancia, primero fue el perfume, luego los jabones, las cremas corporales, las faciales…con un encanto maravilloso gracias a su colorido y original packaging.
La verdad es que hace tiempo que no he vuelto a comprar nada de esta marca, pero me ha vuelto a apetecer su colonia más clásica, Flowers de Oilily hasta tal punto que ayer mismo pensaba autoregalármela.
Cuando la fui a probar descubrí que lo único que se conserva de esta colonia es su frasco, pero no su aroma. Y es que la marca ha decidido cambiar por completo su aroma y ahora se ha convertido en otro perfume que ni me va ni me viene, ¡menuda desilusión!
Esta fue la primera colonia que sacó Oilily e hizo que me enganchase a toda su línea que iba impregnada del mismo aroma, quería tener todo, los neceseres, la ropa… y no había cumpleaños o reyes donde no me regalasen algo. La verdad que habría preferido que la hubiesen descatalogado antes que hacerme creer que bajo un mismo nombre seguía existiendo aquella maravillosa colonia.
La nueva fragancia no se parece en nada, es dulzona como a caramelo o gominola, al principio huele mucho a alcohol, la verdad es que no me gusta nada pero es que aunque me gustase esta colonia no despierta mis recuerdos y creo que no hay nada peor que un perfume pierda su identidad. ¿Os ha pasado alguna vez algo parecido con algún otro producto?
En Arrebatadora | Pure Custo, probamos la nueva fragancia de Custo Barcelona
, Baby Tous, un agua de colonia no tan baby:mi prueba