Ya voy por el tercero que me compro y la verdad que no me canso. Se trata del brillo Lustreglass de MAC y su tono Luminary. Un gloss que me encanta principalmente por su color, tan nude, y tan de moda.
Se aplica con un pincelito, la primera aplicación es más natural y con una segunda los labios se convierten en auténticos protagonistas a pesar de su color suave pero al mismo tiempo muy luminoso.
Algo más que un brillo
Al menos para mi no es un simple brillo ya que le doy un montón de usos, por ejemplo si quiero aclarar una barra de labios y hacerla más jugosa primero me aplico el labial y luego un poco de este gloss, el resultado es moderno y sensual.
También puedes sacarle partido si lo usas como colorete o iluminador, en la parte alta de los pómulos suelo aplicarme un poco de este brillo y difumino bien con los dedos para que se funda con la piel y no quede como un pegote. Me encanta como queda el efecto, ya que los pómulos resaltan, se ven con brillito y jugosos.
Pero si lo que quiero es dar un poco de color a mis mejillas, lo que hago es mezclar el brillo Lustreglass Luminary con alguna barra de labios que sea suave como un rosita o color melocotón. Lo mezclo en mi mano y luego lo aplico a modo de colorete así consigo un tono fresco y luminoso, me ayudo con una brocha plana para que sea más fácil su aplicación porque el gloss impide que se pueda esparcir bien.
Otro de los usos que le doy pero únicamente cuando llevo el cabello recogido (porque si no se te pegan todos los pelos), es en el párpado fijo, en el hueso de la ceja, aplico un toque y la imagen del rostro cambia, aporta luz y juventud inmediata.
Lo que no me gusta demasiado es su poca hidratación, después de un rato en los labios va desapareciendo un poco el producto y los labios se sienten algo tirantes y se me hace incómodo, por eso es mejor aplicarse antes un poco de cacao.
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