Hablamos con un experto para que nos explique los beneficios y desventajas de la nueva tendencia de algunos famosos de no ducharse a diario

Pues sí, últimamente hemos podido saber que hay un buen puñado de famosos (de máximo renombre) que no están muy de acuerdo con esa práctica tan habitual que es la de ducharse todos los días. Tal es así, que el último en pronunciarse ha sido Jake Gyllenhaal que declaró en una reciente entrevista  que "los buenos modales y el mal aliento no te llevan a ningún lado, así que lo hago. Pero creo que no bañarse es realmente útil para el mantenimiento de la piel, y además nos limpiamos naturalmente”.

El tema es que no es el único que opina de esta manera y, por ejemplo, Mila Kunis y Ashton Kutcher declararon que solo lavan a sus dos hijos lo justo para que no pierdan los aceites naturales de su piel, de hecho ella comentó que "si se puede ver la suciedad en ellos lávalos".

Por ello, hemos querido saber qué hay detrás de esta moda, tendencia o llamémoslo como queráis, y hemos preguntado a Eduardo Senante farmacéutico de Farmacia Senante que nos ha aclarado cuestiones que nos han surgido. Y es que, a pesar de que a muchas de nosotras nos parece inconcebible, podrían tener algún punto de razón.

Lo primero de todo y en relación a los posibles beneficios que puede tener para la piel no ducharse a diario, el profesional lo tiene claro "lo cierto es que no ducharse todos los días tiene bastantes cosas negativas…", sin embargo, también reconoce que puede tener algunos beneficios en el sentido de "si el agua está demasiado caliente y/o no utilizamos un limpiador adecuado puede irritar la piel, resecarla, aumentar la sensación de picor e incluso hacerla más propensa a infecciones o a reacciones alérgicas. Sin olvidar nunca que el ducharse con demasiado frecuencia puede afectar también al microbioma cutáneo. Y además de todo ello también hay quien reivindica el impacto medioambiental a nivel de gasto de agua y de residuos cosméticos que implica un exceso de duchas…".

Por lo tanto, la siguiente cuestión que nos surge es sobre la periodicidad más adecuada de nuestra ducha, a lo que Eduardo nos comenta que "a priori, debemos siempre tener en cuenta que la frecuencia recomendable de ducha es algo que varía de persona a persona y estará en función de varios factores, como la temperatura y la humedad del lugar donde vive y/o trabaja, el grado de actividad y movimiento que realiza, las condiciones de la piel (sensibilidad, patologías cutáneas,.), la temperatura del agua a la que se suele duchar, etc. Es decir, si por ejemplo vivimos en un lugar frío y seco y no somos muy activos que digamos, no sería en principio necesario ducharnos todos los días. Mientras que si vivimos en un lugar muy húmedo y caluroso, tendemos mucha tendencia a sudar y una piel no extremadamente sensible… una ducha diaria puede que sí que sea más que necesaria".

Por otro lado, nos comenta que "también debemos tener en cuenta que la piel es nuestra barrera de protección frente al exterior y aunque sí que es cierto que ha ido evolucionando, en su origen no fue creada para ser lavada todos los día. Lavar la piel todos los días puede desproveer a la misma de los aceites naturales que la componen, puede alterar su equilibrio y la función barrera de la misma. Pero dicho lo cual…no se nos debe olvidar que la mayoría de los olores corporales provienen de las axilas, así como de la zona íntima (genital y anal) así que a priori, lavando bien esas zonas sensibles a diario, no tendríamos por qué lavar diariamente todo el cuerpo. Eso sí, si hemos estado haciendo deporte, sudando,etc…como es lógico será necesario pasar sí o sí por la ducha…y sí es posible cumpliendo las condiciones y usando productos adecuados."

Sin embargo, a pesar de todos estos argumentos, Eduardo Senante nos informa que "el lavarnos todos los días puede tener beneficios más allá de la estética  de la mera convivencia interpersonal). Los argumentos que algunos científicos han presentado sobre la ducha diaria, específicamente, la noción de que puede comprometer el microbioma de la piel, no están al 100% confirmados. De hecho, es algo que aún se sigue estudiando. Se sigue evaluando el papel del microbioma de la piel en cuanto a su influencia en ciertas afecciones cutáneas así como en el bienestar de la piel en general. Existen diferentes investigaciones en curso donde se está estudiando si la frecuencia con la que nos duchamos o bañamos también podría plantear ciertos problemas. También están en marcha líneas de investigación basadas en que una reducción en la frecuencia de los baños podría dar lugar a un crecimiento excesivo de microorganismos dañinos a nivel cutáneo con la consecuente aparición de ciertos problemas a nivel de piel. Así que mientras tanto, nos guste o no, personalmente no abandonaría por completo la ducha…sobre todo, la de ciertas zonas más “conflictivas”…"

La mejor rutina de ducha

Y, una vez que tratamos los beneficios y desventajas de la creciente tendencia, hemos querido saber cuál sería la mejor rutina que podríamos llevar con la que conseguir no solo una buena higiene, sino también cuidar nuestra piel, a lo cual Eduardo Senante nos dice...

En general recomendaremos hacer duchas cortas de tiempo (no más de 5 minutos), con agua a una temperatura no muy caliente (os doy un truco: si se empaña el espejo del baño probablemente estamos usando agua demasiado caliente y estaremos maltratando los lípidos de la piel), aclarar siempre si es posible con agua un poco más fría (no hace falta que sea gélida) y utilizar un gel tipo syndet (synthetic detergente) con un pH lo más cercano a 5.5.

Así, nos recomienda elegir un gel que genere poca espuma y que no tenga muchos perfumes,  ya que, como nos apunta, un gel de ducha correcto tiene que mantener la barrera cutánea íntegra. De hecho, tal es su posición que nos dice que "siempre me gusta recordar que debemos invertir más dinero en el gel de ducha(que es el que nos va a ayudar a mantener el equilibrio cutáneo ) que en la crema hidratante corporal, porque si utilizamos un gel que destroce nuestra barrera cutánea, dará igual la hidratante que nos pongamos después. Es hora de cambiar ya esa “extraña” pero arraigada costumbre que tenemos en nuestro país de gastarnos más en un café que en un gel de ducha."

Así, como algunos de los productos preferidos del profesional tenemos, por ejemplo, el TOPIALYSE Huile Micellaire de SVR (11,61 euros) que es un aceite limpiador relipidizante anti-picor ideal para pieles secas, muy secas y con tendencia atópica.

Me encanta por su textura en aceite y por su formulación con niacinamida(mi virgen de Lourdes cosmética por su capacidad antiinflamatoria y fortalecedora de la barrera cutánea) además contiene azúcares prebióticos…todo ello en una base limpiadora de tolerancia óptima con un 35% de activos hidratantes y relipidizantes.Además tamaño de 1 litro…cosa que se agradece.

Otra opción (por cierto una de mis favoritas), es el Atoderm Gel de ducha de Bioderma (14,95 euros) que limpia con suavidad y respeta el equilibrio cutáneo, deja la piel suave después de la ducha. Además, hace una espuma untuosa pero que se aclara perfectamente y todo ello con una excelente tolerancia cutánea.

Como opciones tras la ducha tenemos, por ejemplo, según recomendación del farmaceútico Rilastil Xerolact (13,95 euros), un bálsamo hidratante anti-irritaciones que, como nos apunta, tiene un formulación que ayuda a limitar el enrojecimiento y la sensación de picor e incomodidad de la piel, todo ello con una fórmula hipoalergénica que nos va a ayudar a combatir la sequedad y nos va a ayudar también a recuperar la suavidad y elasticidad de la barrera cutánea, protegiéndola de las agresiones externas. Además gracias a su fórmula nos va a ayudar a espaciar los brotes de descamación y sequedad severa gracias a su textura bálsamo pero no pringosa.

Eso sí, como Eduardo sabe perfectamente que muchas veces nos puede la pereza y nos cuesta ponernos la hidratación corporal, nos recomienda el este spray que hidrata, alivia inmediatamente y calma de forma duradera las irritaciones y las sensaciones de picor. Cómodo comodísimo. Su precio es de 20,61 euros.

Como otras recomendaciones a la hora de tener una buena ducha, nos comenta también es mejor evitar las esponjas ya que una vez se usa no se seca correctamente, por lo que los organismos crecen y crecen allí a sus ancha, "así que cuando estéis frotando la esponja en vuestro cuerpo, pensad que probablemente estáis esparciendo la suciedad de ayer de nuevo por vuestro cuerpo….nada más que añadir."

Esos í, como sabe que muchos no podemos vivir sin esponjas, nos da unas pautas para que sea más saludable hacerlo:

-Dejar secar siempre la esponja en una zona aireada y con poca humedad.

-Reemplazarla con frecuencia…sobre todo, si cambia de color o huele mal.

El mejor momento para tomar una ducha es...

Pues entrados en este punto…considero que lo mejor es ducharnos cuando nos apetezca y cuando nos siente mejor…

Eduardo lo tiene claro. Pero aún así, nos dice que "para aquellos que luchan contra el insomnio, yo sugeriría ducharse por la noche, unos 60-90 minutos antes de acostarse. El cuerpo se enfría naturalmente a medida que se acerca la hora de acostarse, en sincronía con el ritmo circadiano. Ducharse vuelve a subir la temperatura artificialmente y permite un enfriamiento más rápido, lo que parece acelerar el sueño.Además la ducha también es una buena forma de relajarse y liberar la tensión muscular, lo que ayuda a dormir. Pero si eres de esas personas que aman las duchas matutinas y que consideras que no hay mejor manera de comenzar el día con energía que eliminando el sueño de nuestro cuerpo pasando por la ducha….¡¡¡pues adelante con ello!!!".

Ahora ya, visto lo visto, toca plantearnos si la tendencia actual de los famosos puede ser mejor para nosotros. Personalmente, si me preguntáis, seguiré dándome mi ducha diaria según me levanto y no voy a prescindir de ella.

Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos  ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.

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