Superdefense incluye en una sola crema varios de los requisitos más importantes que deben tener las cremas de tratamiento facial: protección solar 25, antioxidantes y falta de perfume. Aunque esto último depende de gustos-a mí me gustan más las cremas con olor-no cabe duda de que, de cara a posibles alergias y para pieles sensibles es mejor que no lo lleve. Clinique lanzó esta crema en pleno boom de los antioxidantes, que después ha seguido abonando con otros productos. Superdefense, según la publicidad, ayuda a reforzar el sistema de defensa natural de la piel y a neutralizar los efectos de los radicales libres. Pero ¿coincide el mensaje publicitario con la realidad?
Tras probar durante un mes Superdefense para pieles mixtas ( hay versión para pieles secas y para grasas ) la impresión ha sido muy positiva. En primer lugar no aporta nada de grasa y aún así la hidratación en la piel es notable, notándose le epidermis más jugosa en unos días. Esto no es muy normal en las cremas: la que hidrata da muchos brillos y si no da brillos no hidrata lo suficiente. Independientemente de su supuesta defensa natural de la piel lo cierto es que mejora mucho su aspecto exterior. No provoca tampoco granitos ni erupciones, tema en el que Clinique es toda una eminencia, ya que es una marca que se jacta de reducir al mínimo las reacciones a sus productos.
Por otra parte el tarro dura bastante y está diseñado de forma que no es difícil acceder al producto sin contaminarlo excesivamente. Si además te da una protección solar de 25, ¿qué más se le puede pedir?
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