Todavía falta más de un mes para que empiece la primavera, pero los creadores de dietas “infalibles” ya no descansan en ninguna estación del año y no paran de ponerse de moda nuevas fórmulas que prometen adelgazar muy rápido y sin esfuerzo.
Una de la que más se está hablando desde inicios de año es la Dieta 5:2, sacada del libro The 5:2 Fasting Diet, de Jacqueline Whitehart, súper ventas en el Reino Unido, en la que se alternan cinco días de comer sin medida con dos jornadas de prácticamente ayuno, a base de líquidos, infusiones y poco más.
¿Qué nos prometen esta vez?
Pocas propuestas pueden ser tan tentadoras como la de adelgazar comiendo todo lo que queramos. Dos días de semi ayuno (con un máximo de 500 calorías para cada uno de ellos) no parecen mucho sacrificio frente a cinco en los que podemos olvidarnos de la dieta y comer cualquier cosa que se nos antoje.
Michael Mosley, periodista de la BBC, participó en un documental de la cadena para probar los beneficios de esta técnica y adelgazó 6,5 kg en un mes, perdiendo un 25% de grasa corporal y mejorando en analíticas sus niveles de glucosa y colesterol.
Aunque hay que destacar que no le resultó difícil ayunar y que los días en los que podía comer de todo lo hizo, según cuenta, de una forma normal, sin excederse.
Los defensores del ayuno intermitente sostienen que además de resultar efectivo para perder peso, es beneficioso para la salud ya que supuestamente ayuda a reducir los niveles de la hormona IGF-1, que en edad adulta y en niveles altos puede aumentar el riesgo de cáncer.
Por qué no parece una buena idea
Todo suena muy bonito, incluso saludable, pero lo cierto es que la comunidad médica considera que no hay suficientes estudios para creer que el ayuno intermitente sea bueno para adelgazar, ni tampoco para la salud.
Las únicas pruebas realizadas se han hecho con ratones, que pueden tener reacciones fisiológicas similares en algunos aspectos pero ser muy diferentes en otros. Por otro lado está la dificultad real para seguir el ayuno, ya que es muy fácil conseguir que no coma un ratón que está en una jaula al que le administramos el alimento, pero ¿Nos resultará a nosotros igual de sencillo en nuestro día a día?
La Asociación Dietética Británica ya ha advertido que seguir la dieta 5:2 puede producir hipoglucemia, problemas digestivos o estreñimiento, si olvidamos aumentar el consumo de agua considerablemente.
Por otro lado darnos atracones cinco días a la semana de alimentos ricos en grasas saturadas, colesterol y azúcares, dudo mucho que consiga mejorar nuestras analíticas a largo plazo, y también hay que tener en cuenta que cuando intervienen factores como la ansiedad o una forma de comer compulsiva, este tipo de alimentación tan desordenada puede agravar el problema o incluso fomentar enfermedades como la bulimia.
Tengo que confesar que aunque esta dieta no la he probado, si estuve un mes experimentando el ayuno intermitente (la curiosidad, que me puede), en el que solo comía en el plazo de 8 horas al día y el resto ayunaba. No me costó llevarlo a cabo y reconozco que excepto un par de días, ninguno pasé hambre ni me excedí en los momentos en los que podía comer, pero el resultado a fin de mes fue de un kilo de más.
Así que, aunque mi dato no sea representativo, hay que tener claro que a todos no nos funciona lo mismo y esa es una más de las claves para detectar y descartar una dieta “milagro” el que pretendan vendernos que es igual de efectiva e inofensiva para todo el mundo.
Además ¿Es posible no tener voluntad para seguir una alimentación equilibrada en la que se puede comer de todo en su justa medida y si tenerla para pasar dos días sin comer prácticamente nada? A mí la primera opción combinada con un poco de deporte me resulta mucho más fácil de llevar, aunque al principio quizá no lo parezca, una vez la empiezas ya nunca la abandonas, sobre todo porque ¡Por fin puedes olvidarte de las dietas!
Fotos | Kelsey Christina Karstrand | Kayture | Alex Campos
Vía | El Confidencial
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