Seguramente muchas veces mientras te maquillabas te has visto perfecta, con un color muy natural y uniforme pero un rato más tarde al mirarte en el espejo del coche descubres que tu maquillaje es todo un desastre, que se te ha quedado acumulado en las mejillas o que el color no se ve tan maravilloso como en casa.
Y es que hay que tener mucho cuidado con la luz que utilizamos para maquillarnos ya que el resultado final puede no ser el que estamos viendo en ese momento.
Las luces frías como las de los fluorescentes absorben el color del maquillaje haciendo que parezca que apenas te has maquillado por lo contrario las luces cálidas que tiran a amarillas hacen que nos veamos con más color.
Por lo tanto la luz ideal para maquillarse es una luz media, ni muy fría ni muy cálida. Podríamos decir que la mejor luz sería aquella en la que vamos a ser vistos, el maquillaje de día es mejor realizarlo con luz natural y el maquillaje de noche con una luz artificial.
Para maquillarnos debemos buscar un lugar luminoso y que la luz ilumine bien todo el rostro y cuello para que no haya sombras que nos dificulten la aplicación del maquillaje.
Si la luz de tu baño está sobre el espejo procura levantar bien el cuello a la hora de maquillarte. Los espejos con luz incorporada que simulan diferentes tipos de luces son una buena opción ya que iluminan el rostro por igual.