La aplicación de la toxina botulínica tipo A en medicina estética ha sido uno de los mayores hallazgos de los últimos tiempos. Aunque lo que pretendo es explicar los efectos estéticos de este tratamiento, en cuanto a su forma de actuación, deberíais saber como mínimo, que se trata de una proteína cuyo efecto consiste en paralizar temporalmente la conexión entre el nervio y el músculo. La toxina botulínica tipo A tiene una acción sobre el músculo en que se inyecta que disminuye su capacidad de contracción, relajándolo y haciendo desaparecer las arrugas que se producen por ello. Por lo tanto, esta dirigido a suavizar o prevenir las arrugas de expresión. Si estáis pensando en utilizarlo por primera vez, antes debéis saber algunas cosas a fin de evitar miedos infundados o desconfianza.
El médico, fundamental en esta técnica
En esta técnica un buen médico experimentado y la prudencia son elementos fundamentales. La aplicación del producto no se puede plantear sin una buena formación y una gran experiencia, definitivas para alcanzar el objetivo. El profundo conocimiento de la anatomía y musculatura es el que garantiza un resultado óptimo, porque saber dónde pinchar y cómo es el único medio para triunfar. Un tratamiento mal practicado puede producir parálisis temporales o inexpresividad ¿Sabíais que dependiendo de la profundidad a que se inyecte en el músculo varia el resultado y lo que se busca en cada caso? Su aplicación juega con las combinaciones musculares, por lo que no es una ciencia exacta y no se puede aplicar por cualquier especialista.
¿Como reconocer a un buen médico?
En muchos casos por el boca aboca, pero es conveniente que seáis testigos del resultado del que se habla y sea de vuestro agrado. La prudencia que muestre cuando vayáis a informaros, también es un signo importante. Yo no confío demasiado en aquellos que la primera vez hacen todo lo que se les pide, prefiero a los pinchan poco las primeras veces, buscando saber la respuesta psicológica del paciente a los cambios. Creo que no se debe pretender un resultado óptimo de esta técnica la primera vez, probablemente la segunda o tercera que os apliquen la toxina será la que resulte perfecta, puesto que a lo largo de los sucesivos tratamientos se irá perfeccionando o añadiendo algún detalle en otras zonas si es necesario, según el médico os vaya conociendo y vosotras confiando cada vez más en los resultados.
Un buen médico, es el que estudia vuestros rasgos, se toma su tiempo al aplicarlo y lo personaliza atendiendo a las peculiaridades de cada rostro y sus asimetrías. Nadie es idéntico en sus dos lados, por lo que esta técnica mal aplicada puede acentuar una asimetría en vuestra cara y bien hecha equilibrarla y e incluso mejorarla. Así qué mucho cuidado a la hora de elegir el médico, puesto que debe reunir, experiencia y sensibilidad para estudiar vuestro rostro con meticulosidad y no hacerlo como sí las facciones o gestos se fabricasen en serie (existen casos). Es importante que capte vuestra expresividad y belleza para mantenerlas.
Lo que se debe buscar
Un rostro descansado. Al fin y al cabo nuestras arrugas de expresión son la prolongación del gesto que llevamos, si se elimina la rudeza de eso rasgos, se elimina la fatiga. Si se relaja levemente el entrecejo o las patas de gallo, el rostro deja de contraer esos músculos con tanta fuerza, se evita la formación de nuevas arrugas y las existentes se suavizan, lo que provoca una expresión más relajada. Además, se evita la fractura de la piel que se produce por la arruga profunda en el tiempo.
El efecto ideal: cuando os sigáis viendo a vosotras mismas, pero con la cara que tendríais sí hubieseis dormido 10 horas, un efecto descansado. Además un efecto preventivo como ya os he explicado anteriormente.
Una advertencia: Es muy importante que tanto vosotras como el medico tengáis un buen juicio para pautar a tenor de vuestro físico y edad. A veces pedís más, y debéis tener muy claro que si relajáis en exceso los músculos, lo único que conseguiréis es una cara diferente a la vuestra, un recuerdo de lo que fuisteis, desprovisto de expresión. Probablemente además perdáis las peculiaridades y gestos que hacen vuestro rostro único y diferente y pese a ser de manera temporal, no os gustará. Debéis tener en cuenta que es imposible no envejecer, así que lo que tenéis que pretender es ralentizar y suavizar los efectos del paso del tiempo pero nunca eliminar las arrugas o marcas de expresión por completo.
¿Que voy a notar?
Las infiltraciones no duelen, aunque siempre hay zonas algo más sensibles como el entrecejo. Además son mínimos. Durante las tres primeras horas, después de la aplicación, no debéis poner la cabeza boca abajo, ni estar en posición horizontal, ni frotar las zonas tratadas, ni hacer ejercicio para que no se desplace del sitio donde se ha inyectado; pasado este tiempo el producto se ha fijado. La toxina no es un tratamiento de efecto instantáneo puesto que éste comienza a apreciarse a partir del tercer día tras su aplicación y continúa a lo largo de una semana más o menos. Durante estos días no os asustéis si véis que algo no funciona como esperábais, ya que es normal que unos músculos respondan antes que otros. Suele suceder. Son días en los que os podéis ver extrañas, pero debéis tener paciencia, porque a partir del octavo, veréis que todo se armoniza.
A los quince días de la aplicación siempre hay que acudir al retoque, ya que a partir de ese momento se aprecia perfectamente el resultado, y se procede a corregir pequeñas imperfecciones o igualar mínimas asimetrías que se hayan podido producir (es normal y esta previsto, no pasa nada). Dicen que el zenit de este tratamiento se produce al mes, pero a mi me gusta más a partir de los 2 meses, cuando comienza a suavizarse, es una cuestión de gustos.
Pauta
Edad: los cuarenta es un buen momento para empezar, siempre que lo consideréis necesario, porque en ocasiones se puede estar estupenda y no requerirlo; mientras que hay mujeres a las que les vendría bien en la treintena como preventivo, cuando por sus gestos y la manera de contraer comienzan a formar arrugas.
Su efecto dura entre 3 y 6 meses (depende de la fuerza con la que contraigáis), se va eliminando poco a poco, y a partir del tercer mes se empiezan a atenuar los resultados que desaparecen en 5 o 6 meses, ya que en este periodo el producto se elimina completamente. Es un tratamiento prácticamente inocuo, podría aparecer algún leve hematoma en la piel que desaparece en unos días. Ocasionalmente puede producir dolor de cabeza entre el primer o segundo día de su aplicación. Diciembre y junio son fechas muy indicadas, la primera para hacer frente a las fiestas de invierno y la segunda para evitar los estragos de la gesticulación que produce la luz solar en verano.
Posibles efectos no deseados: bajar cejas, subirlas, quedar con la piel con efecto de cera o expresión anodina (estos dos últimos por exceso) pero todo esto se puede evitar sí elegís bien el médico. Y son riesgos mínimos que se irán subsanando en posteriores aplicaciones.
El precio de la toxina botulínica es elevado, por lo que debéis desconfiar de ofertas que estén por debajo de la media. Una zona (entrecejo) suele costar 250 €, dos zonas (entrecejo y patas de gallo) 500 € y las tres zonas (frente, entrecejo y patas de gallo) unos 550 €.
Muy importante
Es muy importante aclarar la diferencia entre toxina botulínica y Botox, puesto que existe la falsa creencia de que cualquier toxina con fines estéticos se llama Botox (la gente hace referencia a este tratamiento con este nombre) Botox es la marca comercial patentada por Allergan, y toxina botulínica es el nombre genérico, es decir Botox es una marca de toxina botulínica, pero no todas la toxinas botulínicas son Botox.
En cualquier caso y pese a recomendaciones las que mejor os conocéis sois vosotras. Así que, sois las que debéis juzgar el resultado y lo que buscabais. Si no os gusta, se va y si os gusta os creará cierta adicción, porque... ¿Quién renuncia a verse más joven, relajada y descansada?
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