Neceseres y estanterías repletas de una infinidad de tipos de brochas, que muchas veces no sabemos ni para qué sirve cada una. Compramos por comprar y algún día llegar a utilizarla pero si no se sabe cual es su utilidad, la probamos una vez y el resto de su vida se la pasa en la bolsa de aseo esperando a que un día queramos utilizarla.
Sacaremos esa brocha de la bolsa de aseo y le daremos su uso, pero para ello hay que saber para qué se utiliza. Las brochas que más se ven en el mercado:
- Aplicador de esponja: sirve para difuminar la sombra de ojos ya sea en polvo o en crema. Este es el aplicador que más se utiliza tanto para aplicar y difuminar la sombra de ojos.
- Pincel para la sombra de ojos: especial para aplicar la sombra de ojos, aunque algo molesto porque coge mucho polvo. Si no se sopla bien sobre la brocha para eliminar las partículas de que han quedado sueltas, pueden depositarse sobre los pómulos ensuciando el maquillaje.
- Brocha grande para los polvos: la mejor forma de aplicar los polvos sueltos o compactos sobre todo el rostro proporcionándo un acabo más natural y mate.
- Brocha pequeña para el colorete: la ideal para dar los toques de color a la cara, marcando las facciones que queramos resaltar.
- Pincel para los labios: pincel plano para poner el labial quedando más jugosos los labios.
- Pincel biselado para las cejas: específico para rellenar los huecos de las cejas, haciendo el mismo efecto que si se utiliza un lápiz de cejas.
- Peine doble: el peine se utiliza para peinar y separa las pestañas y el cepillo para peinar y controlar los pelos rebeldes de las cejas.
Al final, cada uno aprende a utilizar la brocha para lo que mejor cree que funciona, aunque vayan más indicadas para otra cosa. Si cada tipo de brocha está recomendada para algo en especial, es porque esa brocha es la que mejor se puede utilizar para ese propósito.
Yo tengo una sola bolsa de aseo dedicada a estas herramientas de maquillaje y solo las suelo utilizar cuando no voy con prisas y tengo tranquilidad para maquillarme.