Con un importante compromiso con el medio ambiente, productos artesanales hechos a manos, mascarillas frescas que sólo duran 15 días y tiendas en las que te pierdes con todos tus sentidos, Lush reina entre las marcas que pueblan la calle Fuencarral, en Madrid. Es una empresa británica que lleva unos diez años comercializando cosmética muy natural, con olores y colores que entran por los ojos y la nariz, a unos precios bastante asequibles.
Cualquiera de sus productos es toda una experiencia, ¿o es que alguna vez habías usado una burbuja de baño que, tras deshacerse, libere una pequeña mariposa de plástico? O un jabón exfoliante con arena de la playa. O un champú sólido. O un exfoliante para la cara que parece sal gorda y huele a vodka y limón. O una bomba de baño que, tras salir de él, deja tu piel con purpurina. O una mascarilla que parece una magdalena de chocolate. O un gel de ducha que es como zumo de naranja derramado sobre tu piel.
Si quieres vivir la experiencia Lush puedes acercarte a su tienda o bien comprar online en su página web. Los jabones los venden por porciones, así que puedes llevarte un trocito y probarlo. Entre los bestseller todo lo que os he comentado en el párrafo anterior y el jabón Farmacia de Guardia (sí, Lush se apunta también a los nombres con gancho), mano de santo para cualquier afección cutánea, desde un granito a una picadura de mosquito.
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