La deshidratación es un problema común a todos los tipos de piel y aunque parezca mentira, las pieles grasas también se deshidratan. Una cosa son los cúmulos de sebo y otra las partículas de agua que hay en nuestra piel. Una piel grasa, produce mucho sebo pero si no le aportamos agua, ésta se puede deshidratar.
No nos tiene que asustar el hecho de que la piel esté deshidratada porque aunque no os lo imágineis, la mayoría de las personas tenemos un índice muy bajo de agua en la piel, cosa que agravamos si no bebemos mucho líquido y si no hidratamos la piel todos los días con la crema que nos corresponde.
La perdida de agua de la piel se debe al sudor, a la contaminación, a las condiciones climáticas y a muchos otros factores como el alcohol, el tabaco, las comidas grasas, etc. Todo esto hace que el organismo sea incapaz de retener el agua provocando la pérdida de la suavidad y de las propiedades protectoras. Con estas perdidas, la piel se va secando y se convierte en menos elástica apareciendo, por tanto, las finas arrugas por deshidratación.
¿Cómo se puede prevenir la ausencia de agua en nuestra piel? Ingiriendo mucha agua y aportandole un extra con las cremas hidratantes diarias. Y, ¿cómo se puede salvar una deshidratación? A veces, no basta sólo con beber agua y ponerse crema, hay que atajar la deshidratación con mascarillas super hidratantes.
Te pueden servir las mascarillas hidratantes caseras, por ejemplo, esta hecha con melocotón, o si lo prefieres, en el mercado hay infinidad de mascarillas superhidratantes, pero como ejemplo os dejo estas tres:
Masque Crème Anti-Soif de Clarins. La mascarilla de la que os hablaba ayer y que no me fué del todo bien. Es una mascarilla para todo tipo de pieles y sirve para toda la cara, incluido el contorno del ojo.
La mascarilla Hidratante Refrescante de Nivea, es muy económica y funciona bastante bien para ser de gama media pero es sólo para pieles normales y mixtas.
La mascarilla de Shiseido Moisture Relaxing Mask. Es una mascarilla para todo tipo de pieles que a parte de relajar, refuerza la barrera natural protectora de la piel hidratándola intensamente.
Recuerda que tampoco puedes abusar de la crema hidratante, porque no por echarte mucha crema hidratante y muy continuado vas a mejorar la piel deshidratada. Todo lo contrario, a la piel le ocurre lo mismo que a una planta cuando la regamos con mucha agua, que se marchita, produciéndose en muchas ocasiones una sobrehidratación en la piel.
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