Hoy me gustaría hablaros de las lentes de contacto de colores. Se trata de una opción que dentro de lo que es el sector de la óptica detenta un rol importantísimo porque es un accesorio muy utilizado, sobre todo por los más jóvenes y por las fashion victims a quienes les encanta jugar con su aspecto físico modificándolo y transformándolo a la velocidad de la luz. Un objeto también muy útil para quien no le guste el color de sus ojos.
Como os iba diciendo, hay quienes hacen del aspecto físico la auténtica razón de su existencia. Basta con observar la de veces que se cambian el color del pelo, el corte, etc. Lógicamente, las últimas tendencias en moda y en belleza les influyen muchísimo en este sentido.
El mundo de las lentes de contacto es amplísimo. Existen muchísimas marcas y propuestas en función de la demanda y también, claro, de los problemas relacionados con la visión susceptibles de poder resolver pequeños traumas o inseguridades. Se trata de lentes blandas, neutras, cosméticas, con aro de definición, y sin graduación, que se adaptan fácilmente al ojo.
Si nos centramos en las lentillas de colores, podemos aseguraros sin miedo a equivocarnos que en todas las ópticas tendremos la posibilidad de elegir entre diferentes tipos de lentes de contacto capaces de proporcionar a la mirada diferentes efectos. Entre ellas, las lentes opacas – las más apropiadas para quienes tengan los ojos oscuros y quieran transformarlos en tonalidades claras como el azul o el verde -, y lentes intensificadoras, que ayudan a proporcionar un toque de luz extra a la mirada.
Para quienes nunca han utilizado lentillas, los expertos aconsejan no lanzarse en esta experiencia sin pensárselo dos veces. Al principio, hay que llevarlas solo un par de horas, para ir habituando al ojo, poco a poco. Después, se puede dar un paso más, intentando llevarlas durante todo un día. De esta forma, llegará un momento en el que, prácticamente, ni las notaréis.
Una de las principales reglas para elegir el color de estas lentes es la de tener muy en cuenta la propia fisonomía, el tono de piel y, lo más importante de todo, el color del pelo. Luego, claro, están los gustos personales.
Conviene saber que quien tenga ya los ojos claros, es decir: azules, grises o verdes, podría optar por este tipo de lentes en las mismas tonalidades pero más claras, que contribuirán a intensificar la mirada, haciéndola más penetrante. Lo mismo podría decirse para quienes tengan ojos oscuros, y quieran dotarlos de un poquitín más de brillo.
Quienes tengan ojos de color marrón pueden considerarse afortunados porque gracias a este color se podrán permitir optar a un montón de tonalidades. ¿Algún ejemplo? Pues, ¿qué os parecería un color violeta a lo Elizabeth Taylor, un azul cielo o un verde esmeralda?
Además de las lentillas de colores, existen también lentes de contacto – con aro de definición y sin graduación – capaces de proporcionar al ojo efectos de lo más variopintos: lentes fluorescentes y lentes ojos de gata, de araña, o de leopardo. Recordad sino los inquietantes ojos de Marylin Manson y su mirada heladora. Ahora que estamos en Carnavales, ¿quién se anima?
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Fotos | Cortesía de Bausch and Lomb