Cualquier momento es bueno para cuidarnos, y si se aleja un poco de las presiones post Navidad o de las carreras por adelgazar pre-verano ¡Mucho mejor! Por eso hoy quiero estrenar nuestro especial Primavera en Forma con un pequeño pero decisivo paso para una vida diferente; abandonar el sedentarismo de una vez por todas, aprovechando la energía y los ánimos que nos proporciona esta estación que está a punto de llegar.
Si necesitas razones...
Muchas veces nos proponemos empezar a hacer ejercicio simplemente para perder varios (seguramente demasiados) kilos antes de un momento determinado. Las prisas, el sobreesfuerzo y la falta de resultados a corto plazo suelen ser bastante desmotivadores y seguro que no soy la única que alguna vez se apuntó a un gimnasio, para nunca más volver pasadas las primeras sesiones.
Primer objetivo: Ser realistas. Si llevamos mucho tiempo sin movernos, empezar a hacerlo no hará milagros pero nos ayudará a sentirnos mejor, más ágiles y con más energía, mientras poco a poco vamos notando como tonificamos músculos y nos sienta cada vez mejor la ropa.
Podremos dejar atrás contracturas, dolores lumbares, tirones, cansancio general (esa sensación de que vas como arrastrándote por la vida) y reducir las posibilidades de sufrir colesterol alto, diabetes o problemas de circulación.
Nuestro corazón necesita actividad, pero también nuestra mente nos la va a agradecer, ya que pocas cosas relajan y despejan tanto como una buena sesión de nuestro deporte favorito.
El movimiento se demuestra andando
No hace falta esperar más para comenzar a cambiar de actitud. Mientras decidimos qué tipo de ejercicio queremos practicar podemos empezar ya por aprovechar muchos momentos del día para cambiar pasividad por movimiento.
El sofá está muy bien para descansar un rato, pero también calma mucho salir a dar un buen paseo o bailar, sí sí ¿Por qué no disfrutar de un buen baile a solas en casa con nuestra música favorita? Sienta de maravilla.
Más preguntas ¿Vas en coche hasta a comprar el pan? pues ahora es un buen momento para dejarlo aparcado, primero en las distancias cortas y después en las más largas, que puedes realizar también en bici si lo prefieres.
Tengo la suerte de vivir en una ciudad que me permite ir andando a casi todas partes, pero cuando no es así, el transporte público también es una buena opción, sobre todo si aprovechamos para subir y bajar escaleras, algo que podemos hacer igualmente en todas partes.
Si tienes niños seguro que ya estás acostumbrada a moverte más que el resto, pero todavía puedes aprovecharlo un poco más ¡Juega con ellos! a la comba, a basket, a pillar... se lo pasarán bomba (tú también, seguro) y habrás conseguido quemar sin darte cuenta un montón de calorías.
Si tienes perro, no te limites a sacarlo a pasear a paso tortuga, llévalo al parque y lánzale la pelota, corre con él, en definitiva estira de verdad las piernas, con un poco de planificación seguro que ocupas el mismo tiempo.
Limpiar el coche a mano, los platos (a mí no me queda más remedio porque no tengo lavavajillas) fregar el suelo a ritmo de salsa, dividir la compra en varios días para salir más veces... cualquier excusa es buena para desentumecer los músculos y tener cada día un cuerpo más activo y saludable.
Quiero hacer ejercicio ¿Por dónde empiezo?
Una vez que descubres que el tiempo que pasas moviéndote es tiempo para ti, para sentirte mejor y no una obligación, ni una carga, es más fácil que te animes a practicar algún deporte.
¿Por dónde empezar? Creo que la mejor forma de hacerlo es elegir aquello que más te apetezca. Olvida si rebaja barriga, si pierdes más o menos grasa o si conseguirás tener un culo más firme, en general cualquier tipo de ejercicio te va a ayudar con todo eso y ya tendrás tiempo más adelante de perfeccionar o buscar técnicas más específicas, lo primero es motivarse y para ello nada mejor que disfrutar con lo que hacemos.
No tengas miedo a probar y descartar, puede que encuentres tu deporte ideal a la primera o puede que no, en cualquier caso ya estás en el camino que es lo importante.
Si llevas años sin moverte ni un poco, una buena opción es empezar por caminar unos 30-45 minutos, tres veces a la semana, a paso ligero. Pasado un tiempo el cuerpo te va pidiendo más y te apetece salir a correr o animarte con el spinning, la elíptica, el aeróbic, etc.
Pilates y yoga son dos prácticas también muy adecuadas para iniciarse, pero las posibilidades son infinitas: un poco de pesas, natación o incluso ¡saltar a la comba! En casa, en la calle, en el gimnasio, busca tus propias motivaciones y adáptate a tus gustos. Una mañana cualquiera al levantarte no solo te encontrarás en el espejo con un cuerpo más esbelto, seguramente también te darás cuenta de que tu vida ha cambiado totalmente, para mejor.
Por cierto, hoy es tan buen día como cualquier otro para empezar ¿Te animas?
Fotos | The road is home
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