Llevo un año usando este dispositivo facial de microcorrientes y así ha mejorado mi piel, ya cerca de los 40

Cuando van pasando los años es normal que comencemos a preocuparnos por cosas que antes nos pasaban desapercibidas o simplemente ni siquiera se nos ocurría pensar en ellas. Hace años el skincare o cuidado facial no era algo tan conocido o accesible al gran público como lo es ahora, y eran muy pocas las que se cuidaban la piel del rostro de una manera especial más allá de la crema hidratante.

Pero claro, el tiempo pasa y no lo hace en balde: cuando hace un par de años cumplí 37 y empecé a ver las primeras líneas de expresión en mi rostro me planteé empezar a cuidar mi piel de una forma un poco más específica y comencé a informarme al respecto. Probé muchas cosas hasta dar con mi rutina de skincare perfecta, por lo menos la que a mí me ha servido, y leí todo lo legible al respecto de ingredientes, principios activos, vitaminas, sérums y demás (tampoco me pillaba de nuevas, ya que anteriormente había tenido que hacer una investigación similar para sumergirme en el método curly).

En esta búsqueda para encontrar las mejores ayudas para mi rostro descubrí también la tecnología aplicada al cuidado de la piel. Los cepillos de limpieza facial, como los de Foreo, ya habían hecho aparición en mi armario del baño, pero quería ir un poco más allá.

Y entonces llegó el descubrimiento: los dispositivos de microcorrientes. Sabía que estos dispositivos se utilizan en tratamientos de cabina, pero la posibilidad de utilizarlos yo misma en casa me llamaba mucho la atención. Así que estuve investigando y finalmente me tiré a la piscina comprando mi primer dispositivo de microcorrientes, el NuFace Mini, tras el cual han llegado más.

Ahora mismo llevo un año usándolo religiosamente, y esta es mi experiencia con él.

¿Cómo funcionan las microcorrientes para el rostro?

Los tratamientos con microcorrientes, antes de decir cualquier otra cosa, son tratamientos no invasivos y seguros para llevar a cabo en casa. Sé que el hecho de tratar una zona del cuerpo con corrientes puede sonar “peligroso” o “arriesgado”, pero los dispositivos en el mercado pasan controles exhaustivos para nuestra seguridad.

Dicho esto, estos dispositivos emiten unas corrientes de baja intensidad para estimular los músculos del rostro. De esta forma, estos músculos “se ejercitan” consiguiendo retensarlos. Además, el tratamiento con microcorrientes favorece la producción de colágeno por parte de nuestra piel, prometiendo así disminuir las líneas de expresión y arrugas y rejuveneciendo nuestro rostro.

Este “ejercicio” de los músculos a través de las microcorrientes nos ayuda a tonificar la musculatura del rostro, consiguiendo así un efecto lifting muy natural y no invasivo.

Mi experiencia utilizando NuFace Mini, NuFace y Trinity

He de decir que yo soy más “mujer de ciencia” que “mujer de fe”, con lo cual siempre soy bastante escéptica con los resultados que prometen las marcas. Pero aquí hemos venido a jugar. Decidí comprar el NuFace Mini porque era más económico que los otros modelos de la marca y, en el caso de que funcionara, podría plantearme buscar otros modelos más completos. El NuFace Mini es un poco más pequeño que su hermano mayor y no tiene cabezales intercambiables; por lo demás, el efecto es el mismo.

A la hora de llevar a cabo el tratamiento, lo primero que tenemos que hacer es aplicar en nuestro rostro y zonas a tratar una cantidad generosa de gel conductor: este es un paso imprescindible porque es lo que va a hacer que las microcorrientes penetren en nuestra piel. En NuFace tienen un gel especial con colágeno que suele venderse en pack con los dispositivos, pero si no queréis seguir comprándolo, os sirve cualquier gel conductor con base de agua (como los que se usan en las consultas de fisioterapia para aplicar los distintos tratamientos).

Una vez aplicado el gel en la zona que vamos a tratar, tendremos que asegurarnos de que los dos polos del cabezal de nuestro NuFace están en contacto siempre con nuestra piel, y comenzamos el tratamiento. Desde la marca nos sugieren utilizarlo en cuello, línea de la mandíbula, pómulos y frente, ya sea haciendo un pequeño recorrido de un punto a otro del rostro o cuello (por ejemplo, partiendo de la zona central de nuestro cuello y hacia la zona de debajo de la oreja) o bien dejando el dispositivo fijo en un mismo punto.

Podemos regular la intensidad de la microcorriente desde el propio dispositivo, con tres niveles de potencia a elegir, y el aparato nos avisará con un pitido cada cinco segundos para avisarnos de que cambiemos de zona. Lo ideal es realizar el mismo recorrido tres veces para conseguir unos buenos resultados.

Comencé, como os decía, utilizando el NuFace Mini y, al cabo de unos meses de uso empecé a notar los resultados. Ojo, porque esto no es milagroso (no podemos pedirle que nuestras arrugas desaparezcan por completo), pero sí noté una gran diferencia en la altura de los pómulos, que ahora parecen más alzados, y sobre todo en la arruga que se me formaba en el entrecejo. He de decir que mi piel no está mal para mi edad, pero tenía un poco de complejo por esa arruga del entrecejo que aparece cuando frunzo el ceño como diciendo “¿pero qué me estás contando?”. Si el año pasado la arruga comenzaba a notarse a simple vista, sin necesidad de gesticular, ahora la verdad es que se ha transformado en una línea de expresión muy tenue. Misión cumplida.

Desde hace un mes he tenido la oportunidad de cambiar mi NuFace Mini por el NuFace Trinity, que cuenta con cabezal intercambiable, y con el cabezal Trinity ELE, especialmente diseñado para tratar las líneas de expresión más comunes de forma más específica, como la del surco nasogeniano, además de la zona de la ojera y la zona debajo de la ceja. Y con este cabezal sí que he notado bastante cambio en poco tiempo, sobre todo en el surco nasogeniano, que se ve más “relleno”. La zona bajo la ceja también ha cambiado levemente, contribuyendo a crear una mirada más despierta (con el paso de los años se estaba comenzando a encapotar ligeramente el párpado).

Todo lo bueno tiene un precio

Y no me refiero con ello al precio del dispositivo que, si bien no es barato, debemos valorarlo según la ecuación coste/beneficio.

Me refiero al coste del tiempo personal. Para que las microcorrientes funcionen es importante que seamos muy constantes en su uso: el fabricante recomienda usar el dispositivo NuFace cinco veces a la semana durante el primer mes, para luego bajar a tres veces por semana para el mantenimiento. Deberemos estar dispuestas a dedicar ese tiempo casi todos los días a nuestro tratamiento con microcorrientes, y eso puede ser un rollo.

Personalmente, tardo entre 15 y 20 minutos en hacerme el tratamiento completo, incluyendo el cabezal clásico del NuFace y el cabezal Trinity; y mentiría si os dijera que hay muchos días que me da pereza o que no encuentro el tiempo. Mi solución ha sido colocarlo en mi agenda como una tarea más y acostumbrarme a escuchar podcasts mientras me aplico el tratamiento, que he usado religiosamente durante un año, y seguiré usando en un futuro.

¿Merece la pena el desembolso? Personalmente, creo que sí, pero dependerá del uso que le vayáis a dar. Funcionar, funciona, sin pedir milagros, pero exige ser meticulosa y constante en su uso. Para mí ha sido, hasta la fecha, el mejor desembolso en cuanto a tecnología aplicada al cuidado facial, y merece la pena por los buenos resultados obtenidos.

Actualmente puedes encontrar en la tienda de Current Body:

• NuFace Trinity por 280 euros (en lugar de los 385 euros habituales)
• NuFace Mini por 150 euros (en lugar de los 230 euros habituales)
• Set NuFACE Trinity + Cabezal Trinity ELE por 365 euros (en lugar de los 522 euros habituales)
• Cabezal Trinity ELE por 155 euros (en lugar de los 180 euros habituales)

Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.

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