Estos últimos días en nuestro especial operación bikini hemos hablado de algunos ejercicios con los que conseguir una figura esbelta, pero también es importante conocer qué alimentos son los más adecuados si estamos intentando perder peso o mantenernos en forma.
Hay que tener en cuenta que ningún alimento adelgaza, pero muchos nos ayudan a hacerlo aportando buena calidad de nutrientes, pocas calorías y un efecto saciante.
Las algas cumplen a la perfección estos tres requisitos y aunque todavía no son tan populares en nuestra gastronomía como en los países orientales, ya resultan lo suficientemente accesibles y asequibles como para poder incluirlas en nuestra dieta habitual.
Con un aporte mínimo de calorías en general (entre 2 y 50 aproximadamente cada 100 gr), las algas enriquecen nuestra dieta con hidratos de carbono complejos, que nos suministran energía a largo plazo, proteínas vegetales de alta calidad, con todos los aminoácidos esenciales pero libres de grasas saturadas, y una buena cantidad de vitaminas, entre ellas la E y la A que también contribuyen a evitar el envejecimiento prematuro y a hacernos lucir un bonito tono de piel.
Su efecto saciante se debe a su alto contenido en fibra que también ayuda a regular el tránsito intestinal. Estas verduras de mar también se caracterizan por ser depurativas y las más ricas en yodo, que estimula el buen funcionamiento de nuestro metabolismo. Esto hace que nuestra producción de energía aumente y a nuestro cuerpo le resulte más fácil quemar grasa.
Por la misma razón las personas con hipertiroidismo tienen que tener un cuidado especial con su consumo y es recomendable que consulten al médico antes de incluirlas en la dieta.
Las algas que no pueden faltar en tu mesa
Cada vez disponemos de una mayor variedad de algas comestibles, sus diferentes sabores y texturas también nos ayudan a hacer nuestra dieta más apetecible y es que ¡Comer sano no tiene que estar reñido con disfrutar!
Estas son algunas de las más socorridas en la cocina:
También podemos encontrarla en polvo (ideal para preparar gelatinas) pero seguro que como más te suena es como ingrediente habitual de la típica ensalada china. Comerla así es como más me gusta ya que basta con dejarla un poco antes en remojo, escurrirla y añadirla en abundancia al plato.
No aporta apenas calorías y tiene la ventaja de que aunque es un poco insulsa añade textura y se empapa muy bien de aliños y condimentos. También es recomendable al cocinar para sustituir a los espesantes habituales y mucho más calóricos, como suelen ser la harina o las grasas animales.
Podemos encontrarla en láminas (triturada y prensada) o bien en copos. Con la primera opción nos bastará con tostarla un par de minutos para poderla comer o cocinarla según la receta que estemos preparando, pero si queremos una alternativa más práctica mejor decantarnos por la segunda que se puede añadir directamente en pastas, ensaladas, sopas etc.
Destaca por su cantidad de Vitamina C y potasio, que equilibra los efectos del sodio y favorece la eliminación de líquidos.
De todas las algas es la que aporta mayor cantidad de calcio y combina muy bien con elaboraciones bajas en calorías como puede ser la ensalada de pepino o la sopa de miso y verduras.
La lista de delicias marinas es muchísimo más larga, pero estas me parecen las más adecuadas para iniciarse en su consumo ya que no requieren apenas preparación y sus sabores son más delicados.
Aunque respecto a su desgustación yo no puedo ser muy objetiva porque literalmente me chiflan todas, son de esos placeres que me puedo permitir en cantidad sin dejar de cuidarme, así que nunca faltan en mi despensa.
Y tú ¿Ya las has probado? ¿Qué algas te gustan más?
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