Ayer han comenzado los desfiles de alta costura de París, una de las citas por excelencia dentro de la moda y el estilo. Uno de los desfiles más esperados era el de Christian Dior ya que era su primera colección de alta costura sin el que fuera alma mater de la casa John Galliano.
Apenas ha dado tiempo a digerir la colección y ya le están lloviendo las críticas, y es que son muchas las voces que afirman que sin Galliano la marca se irá a pique.
Sobre los looks también hay mucho que comentar aunque no son menos espectaculares que otras veces, donde las modelos lucen geometrías en sus cabezas, sombreros de arlequín, lunas o grandes cardados e incluso una especie de rana marciana como podéis ver en la foto, no hay una inspiración clara, un popurrí de todo y de nada.
El maquillaje colorido, muy colorido como suele ser habitual en los desfiles de Dior, párpados de varios colores, rosas, azules, verdes y otros colores para las cejas y todo el arco superciliar, con strass o de colores.
Los labios se maquillan en distintas tonalidades: rojos, dorados, granate casi negro, como ya os he dicho ha habido mucha mezcla e incluso las modelos interpretaban diferentes personajes, desde un arlequín que finalizó el desfile posando al final de la pasarela, hasta modelos de inspiración napoleónica, pasando por looks en los que se lucían estrellas en la cabeza al más puro estilo navideño.
Entre tanto color y fantasía me quedo para la calle las uñas de color verde pastel que me recuerda mucho al azul aguamarina de Dior que hemos podido ver recientemente y que a mi me resulta bastante apetecible.
La forma de las uñas se mantiene redondeada para la próxima temporada, una tendencia que ya vimos en las anteriores pasarelas de prêt à porter y todo parece indicar que para los próximos meses continuaremos "afilándonos" las uñas.
Espectáculo desde luego conseguido que es de lo que se trata principalmente en los desfiles de alta costura, aunque eso sí, hay quien ve en esta colección mucha más sencillez, lejos quedaron aquellos espectáculos como el inolvidable desfile en el que las modelos llegaban en locomotora con Eugenia Silva abriendo el desfile en 1998.
Por el momento habrá que esperar si la casa es capaz de reinventarse sin Galliano aunque ya hay quien no le augura un gran futuro.
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