Suena extraño, pero no lo es. El chicle, esa goma de mascar que seguro que sueles utilizar tan a menudo es una arma de lo más útil para gastar y controlar la ingesta de calorías.
Si bien, no nos olvidamos de los problemas que puede causar el azúcar a los dientes, la verdad que la cantidad de azúcar que contienen los chicles de hoy en día son mucho menor que las de hace unos años. Además suelen tener en su composición xilitol y sorbitol, dos tipos de azúcares que no son absorbidos por nuestro organismo y que no son fermentados en nuestra boca, por lo que el riesgo de caries es mínimo.
El chicle también posee un efecto saciante, de hecho, está comprobado que al mascar chicle se activa el proceso de saciedad en el cerebro, algo que te puede venir genial si eres de los que no pueden resistirse a picar entre horas.
Y por último y también lo más curioso, mascando chicle a diario gastamos calorías, exactamente 1000 calorías al mes. Al menos así lo afirma el Wrigley Science Institute, en un estudio que ha sido publicado recientemente, no quedará más remedio que creerles.
Eso sí, se recomienda no abusar del uso de chicle si no queréis comprobar los efectos laxantes del sorbitol.
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