En la actualidad hay muchas más opciones para escoger tratamientos cosméticos blanqueantes pero hace unos años no había tanto donde elegir. La gama Perfect White de Guerlain existe hace décadas y he probado la mascarilla facial en parche muchas veces.
Ya os he hablado de esta gama anteriormente, hace mucho que existe porque la marca francesa la comercializaba en Asia. La reformularon adaptándola a las pieles europeas y la lanzaron en nuestra zona geográfica.
El producto ha evolucionado con los años. Antes era de celulosa, un papel muy fino impregnado en un producto muy acuoso que era una maravilla. Los cambiaron por el parche facial en gel y los resultados son igual de buenos aunque la sensación de frescor es muy inferior.
Aun así es una mascarilla fresca porque es lo que buscan las pieles estresadas a las que va destinada. Pieles que sufren del estrés, pieles con manchas cutáneas, asfixiadas o desvitalizadas. En mi caso, como mi piel sufre de todo el pack y la mascarilla es tan fácil de utilizar, aunque llegues a casa agotada no te da pereza aplicártela.
La caja contiene seis mascarillas y el mismo número de parches para los ojos que os conté ya cómo funcionaban. No acabo de entender el por qué ya que la mascarilla cubre el contorno de ojos. No me los aplico el mismo día, los guardo para hacer una cura de contorno de ojos por separado.
En España va a dejar de comercializarse pero en Francia sigue existiendo la gama. La caja me costó el año pasado unos 80 euros.
En la foto puedes ver cómo viene presentada bajo un sobre hermético y doblada en dos. Estos parches tienen un tacto muy suave: por un lado tiene el tacto de una tela aterciopelada, por el otro es un gel que se pega a la piel nada más aplicarlo.
Son dos en realidad, la parte de la frente y la parte del mentón, dos medias caras. Cuando las llevas aplicadas pareces el doble del personaje Annibal Lecter de la película El silencio de los corderos. Da miedo, no abras la puerta al vecino hasta que te los quites a los 10 minutos.
Mi experiencia
Con la piel perfectamente limpia, a ser posible tras un exfoliante facial, aplicas un parche y luego el otro. El autopegado es muy eficiente, se puede despegar si no has acertado colocarla a la primera y una vez conseguido no se mueve. Pero no debes hablar, reir ni gesticular con la cara porque entonces sí se despega.
El primer contacto es refrescante. No se siente ni como algo cremoso ni acuoso al tacto. Más bien como una venda lisa e impregnada que se adhiere a la piel pero sin sensación de tirantez. Las instrucciones recomiendan dejarla 10 minutos y retirar pero admito que lo dejo más tiempo, unos 15-20 minutos.
Pasado el tiempo de aplicación, retiras ambos parches. La piel queda muy suave al tacto, sorprende la hidratación y el confort que obtienes. La piel la siento calmada, aligerada y más lisa. El resultado vale la pena por sensación y por resultado visible: son excelentes. A la mañana siguiente se notan todavía los resultados, la temperatura superficial de la piel del rostro disminuye.
Una de las propiedades principales de la mascarilla es hacer llegar un mensaje de bloqueo a la producción de melanina de la piel. El efecto blanqueante no es tan aparente como es de esperar, es decir, no esperes una piel del rostro lisa y libre de manchas porque no lo vas a obtener. Es una ayuda al proceso de equilibrio de la producción de melanina, no la solución definitiva.
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