Muchas de las veces que vamos a buscar un perfume nuevo para nuestro aseo personal, nos podemos encontrar con muchas cosas, como las onzas, con aguas de colonia, agua de perfume o perfumes y hasta una colonia con un packaging especial que se puede recargar.
Las fragancias recargables tienen una tapita (normalmente por la base) que se abre para poder extraer la botellita de cristal que contiene el perfume (recarga). Una vez se ha gastado la fragancia, en vez de comprarte la colonia original de nuevo, compras solamente la recarga y la introduces en el frasco original. La diferencia entre una colonia recargable y no recargable, es que una fragancia no recargable cuando se agota, hay que comprarla de nuevo.
Un perfume está considerado un artículo de lujo y de segunda necesidad, así que si tenemos el capricho de comprarnos alguno y tenemos la opción de elegir entre recargable o no recargable, estudiar bien la oferta. El perfume recargable, cuando lo adquieres por primera vez vale más caro que el no recargable (quizá sólo con una diferencia de 10 euros) porque llevas el packaging especial y la fragancia, pero la recarga de éste perfume recargable cuesta más barata que el perfume no recargable porque sólo necesitas comprar la fragancia. De ahí que, si sueles usar siempre el mismo perfume te sale más rentable comprar el recargable, pero si por el contrario te gusta ir variando, comprate el no recargable.
Un ejemplo de algunos perfumes que puedes encontrar recargables son:
- A Men de Thierry Mugler
- Angel de Thierry Mugler
- Opium de Yves Saint Lauren
- Rive Gauche de Yves Saint Lauren
- L´eau d´Issey de Issey Miyake
- Trouble de Boucheron
- Rare de Hermes
Y algunos cuantos más, porque la verdad es que tampoco hay mucho surtido de fragancias recargables.
Foto | Rodrigo Moraes en Flickr
