En Arrebatadora ya os hablamos de las excelencias de este producto, que no son pocas y hoy quiero comentar con vosotros mi experiencia después de haber probado la manteca de Karité durante unas semanas.
Lo primero comentaros que el producto que he probado se trata de la marca francesa Natessance que adquirí en el país vecino recientemente ya que allí es habitual ver multitud de productos referentes a la manteca de Karité en cualquier supermercado. De todas formas en España se puede encontrar en tiendas tipo The Body Shop o Bottega Verde.
Como os comentaba, después de estar delante de varios productos de manteca de Karité, al final me decidí por este que tenéis en la imagen. La manteca viene envasada en una cajita de lata que me pareció muy mona, sus ingredientes son de agricultura biológica y contiene la etiqueta de comercio justo, por lo que también es posible que en España se pueda encontrar en este tipo de comercios.
La verdad que no me arrepiento en nada de mi decisión, aunque supongo que no habrá mucha diferencia de unas a otras, ya que hablamos de manteca pura, por lo que sus efectos deberán ser prácticamente los mismos.
Esta manteca es tan sólida que para que me sea más facil extenderla por todo el cuerpo la caliento un poco entre mis manos y con el calor pasa a ser un aceite sin color, de olor a semilla agradable. La hidratación y la elasticidad que proporciona es extrema, el tacto de la piel es jugoso pero no desagradable y para ser manteca penetra bastante bien aunque sí notas que te deja una película por todo el cuerpo, pero a mí no me importa ya que siento la piel más protegida.
Es obvio decir que al tratarse de una manteca, y por su alto nivel de hidratación, la manteca de karité es perfecta para las pieles secas, pero para las que no lo son resultará excesivo.
Lo que más me gusta es el bonito brillo que deja sobre la piel y su capacidad para regenerar, esto último lo digo porque he tenido toda la cara pelada por una alergia y al dia siguiente de la aplicación ya la tenía mucho mejor, así que para cuando tenemos un resfriado la podemos aplicar en las aletas de la nariz para prevenir las irritaciones.
Lo que menos me gusta es que no deja la piel suave como si lo hacen otras cremas que desde la primera aplicación se nota una suavidad al tacto.
La manteca de karité tiene muchos otros usos por ejemplo para dar brillo al cabello, claro que en poca cantidad, si no el efecto seria sucio, pero aplicando la cantidad adecuada sobre las puntas ayudaremos a que nuestro cabello esté más sano y nutrido, evitando que se abran las puntas.
También lo podemos utilizar a modo de mascarilla aplicándolo por todo el cabello y dejándolo actuar unos 15 minutos, después lavar como habitualmente, si realizamos este sencillo gesto al menos una vez por semana nuestro pelo se volverá mucho más flexible por lo tanto menos quebradizo.
Para después del afeitado es de gran ayuda, calmamdo la zona irritada e incluso para los más pequeños de la casa para la dermatitis del pañal.
Y a pesar de su apariencia grasienta no produce granitos ni obstruye los poros. Todo un multiusos, cuyo precio ronda aproximadamente los 10 euros, aunque su precio también puede variar dependiendo de la pureza de la manteca.
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