En otoño estamos acostumbradas a que el pelo se nos caiga más, es un proceso de renovación normal que ocurre todos los años y que no supone ningún problema porque en pocos meses se vuelve a recuperar, pero ¿Qué pasa cuando notamos otro tipo de cambios en esta u otras estaciones?
Cuando era niña mi pelo era liso como una tabla, después pasó a encrespado crónico, más tarde a rizado y hoy en día parece que quiere volver a sus orígenes y apenas se ondula ligeramente. ¿Cómo puede cambiar tanto nuestro cabello? Hoy vamos a hablar de algunos de los motivos más habituales.
Hormonas, están en todo
Los cambios hormonales influyen en muchos aspectos de nuestro ánimo y nuestro físico. El cabello no es una excepción y puede verse afectado por los mismos a lo largo de nuestro ciclo vital o a más corto plazo incluso del ciclo menstrual.
La adolescencia es uno de los momentos en los que podemos notar más cambios, en algunos casos el pelo tiende a volverse más graso, a rizarse o adquirir más volumen. A partir de los 30 (a veces antes) aparecen las primeras canas, el nivel de estrógenos empieza a disminuir poco a poco y podemos notar una pérdida de volumen, y más tendencia a la sequedad.
Con los años, el pelo tiende más a quebrarse, disminuye la producción de queratina, el fóculo piloso se debilita y cuanto más nos acercamos a la menopausia es normal verlo más fino y lacio o notar una caída de pelo importante, algo que también se da en algunas mujeres de forma temporal durante el embarazo, aunque a otras les aumenta la producción de grasa en el cuero cabelludo.
Por eso es importante cuidar nuestra alimentación para que en ninguna de estas etapas nos falte hidratación ni las vitaminas necesarias para hacer más fuerte nuestro cabello y que pueda adaptarse a las nuevas condiciones. La levadura de cerveza y el gérmen de trigo junto con una dieta equilibrada abundante en fruta y verdura, son los mejores aliados para conseguir un pelo bonito y sano durante más tiempo, sin importar que de vez en cuando cambie de textura o forma.
Factores externos… o no tan externos
Además de las hormonas o la alimentación también afectan al aspecto de nuestro cabello factores tan incontrolables como el clima y el ambiente donde nos encontramos. Si como yo tenéis problemas con la humedad ya sabréis perfectamente de lo que estoy hablando, hay productos para evitar el encrespamiento o que el cabello se hinche en exceso, pero si la humedad es muy alta a mí no me queda más remedio que hacerme un recogido o resignarme a parecer una escarola, lo cual afortunadamente parece que cada vez está más de moda (no hay mal que por bien no venga).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la dureza (concentración de minerales) del agua que sale de nuestro grifo, cuanto más alta sea, más seco y opaco lucirá nuestro pelo. Consultando un mapa de la concentración de cal en el agua de las distintas regiones de España podéis haceros una idea de como os estará afectando. Personalmente nunca he tenido un pelo tan brillante y manejable como el año que viví en Madrid, se nota mucho la diferencia.
Planchas, secadores, procedimientos químicos para alisar o rizar el pelo, tintes etc. aunque de entrada nos sirven para dar un mejor aspecto a nuestra melena a la larga acaban resecando y estropeando el pelo.
Lo mejor es no abusar de todas estas opciones, sobre todo de la decoloración que es la más dañina, pero igualmente tampoco está de más compensar a nuestro pelo mimándolo con mascarillas (la de levadura de cerveza va muy bien) aceites vegetales o productos específicos para nutrirlo en profundidad.
Algunos medicamentos pueden afectar también al estado de nuestra piel y nuestro cabello, causando deshidratación y empeorando su aspecto. Si notamos cambios cuando estemos realizando algún tipo de tratamiento (o al tomar la píldora que afecta hormonalmente) lo mejor es que consultemos con nuestro médico para que nos pueda ayudar, a veces incluso se pueden cambiar por otros tratamientos que no nos perjudiquen en ese aspecto.
El estrés, la falta de descanso, el cansancio… en definitiva nuestro estado emocional también influye, así que todo lo que podamos hacer por sentirnos más relajadas y tranquilas nuestro cabello también lo va a agradecer.
Como veis algunas veces no podremos evitar que nuestro pelo se transforme, otras dependerá más de cómo lo tratamos, pero en cualquier caso si lo cuidamos de forma adecuada, conseguiremos que se muestre siempre en su mejor versión.
Solo hay que estar un poco atentas para darle a nuestra melena lo que necesita en cada una de sus etapas y lucirla siempre igual de orgullosas, al fin y al cabo nosotras también cambiamos ¿no?
Ver todos los comentarios en https://www.trendencias.com
VER 0 Comentario