Durante mucho tiempo me pareció que Nicole Kidman es de una belleza inalcanzable. Me gustan las pelirrojas, con su piel blanca y su pelo de color vivísimo, y esta actriz tiene además unas facciones muy dulces, con unos ojos preciosos y rasgos muy equilibrados. O quizás debo decir “tenía”, porque su afición al botox no solo no la mantiene joven, sino que le impide siquiera gestos tan cotidianos y embellecedores como sonreír.
Pero será mejor que me concentre en lo nuestro. La actriz es la portada de la edición de febrero de la revista estadounidense Harper’s Bazaar y creo que coincidiréis conmigo en que se la ve bastante mejor de lo que nos tiene acostumbrados últimamente (San Photoshop aparte). Me da la impresión de que Nicole también leyó los secretos de belleza de Heidi Klum, porque parece que ha aumentado un poco de peso y verdaderamente ha salido ganando con ello.
El pelo también ha cambiado para mejor. Me gusta mucho el color de pelo que luce, le queda mucho mejor que ese rubio tan claro que llevó durante un tiempo y que cuando usaba coleta la hacía ver mucho mayor. El peinado es también muy apropiado, con movimiento y volumen, dos rasgos que rejuvenecen porque desvían la atención de las pequeñas arrugas (y en este caso, de esos pómulos botox) o la flacidez del cuello.
No hay mucho que decir del sencillo maquillaje: la piel blanca y cuidada es muy característica de la actriz y casi me atrevería a decir que no lleva colorete ni nada esculpiendo los pómulos, evitando el “efecto plástico” que hemos visto tanto en sus últimas apariciones en la alfombra roja. Un poco de iluminador sobre la parte superior de los pómulos y delineador negro en el párpado superior terminan de destacar los ojos, lo más bonito de esta actriz.
Os diré que me sorprenden los milagros photoshopísticos: primero me gusta la portada de Vicky Beckham y luego la de Nicole Kidman. Estoy impaciente por ver qué más nos trae el 2011.
Vía | Harper’s Bazaar
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