Se ha hecho de rogar pero por fin está aquí: ¡llegó el otoño! Bajan las temperaturas, empieza a llover y los días se acortan. Toca hacer el esperado cambio de armario, pero cuidado porque con el fresquito y la humedad pueden llegar los catarros y otros problemillas de salud normalmente leves pero siempre molestos.
También es típica del otoño una mayor caída del cabello. ¿Quién no sale estos días de la ducha temiendo encontrarse medio calva al mirarse en el espejo, después de ver cómo pelos y pelos y pelos deciden emigrar de nuestra cabeza a lugares más cálidos (o quién sabe a dónde, pero emigrando igualmente)? El pelo, y también la piel, necesitan toda la ayuda que podamos darles para sobrevivir al otoño.
No hay una receta mágica que pueda protegernos de los resfriados y mantener todos nuestros cabellos bien pegados a la cabeza, pero sí que hay algunos alimentos que nos pueden venir bien.
1. Alimentos ricos en hierro
El hierro tiene un papel importante en la fortaleza del sistema inmune que es el que nos defiende de virus y bacterias, y además su ausencia está asociada a una mayor caída del pelo. Sin embargo, su carencia es el déficit nutricional más común en el mundo. Por todos estos motivos, esta es la época perfecta para que te asegures de consumir todo el hierro que necesitas.
Puedes ingerirlo si te aseguras de comer suficiente carne roja, carne blanca, pescado, mariscos, legumbres, frutos secos, verduras crucíferas (como la col, la coliflor o el brócoli) y muchas frutas desecadas.
En muchos casos, la carencia de hierro no se debe a que no comamos suficiente, sino a que nuestro cuerpo no lo absorbe lo suficiente. Para ayudar a tu cuerpo, no comas estos alimentos acompañados de café o té, y si puedes, combínalos con una fuente de vitamina C para favorecer su absorción.
En cualquier caso, recuerda que unos niveles demasiado altos de hierro pueden ser tan perjudiciales como su escasez, causando problemas en el sistema inmune, así que no tomes suplementos de hierro sin consultar con un médico.
2. Alimentos probióticos
Los alimentos ricos en probióticos son aquellos que favorecen el mantenimiento de la flora intestinal, bacterias que viven en el intestino y que nos ayudan a digerir y absorber los nutrientes de los alimentos y con ello a mantener el sistema inmune en forma, la piel nutrida y el pelo fuerte.
En muchos casos los probióticos se toman en suplementos, pero también es posible aumentar su ingesta comiendo con frecuencia alimentos como pepinillos fermentados de forma natural, chucrut (repollo en escabeche), yogur y algunos quesos.
3. Cítricos
Naranjas, pomelos y mandarinas son frutas cítricas que empiezan a estar de temporada (otro punto a su favor) y que tienen un alto contenido en vitamina C, conocida por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. También es antioxidante y ayuda a mantener la piel sana y bonita, lo cual es a su vez una barrera defensiva para tu salud.
Eso sí, una vez más es mejor pasar de los suplementos y aumentar el consumo de las frutas y verduras ricas en vitamina C (además de los cítricos puedes tomar tomates, verduras de hoja verde oscura o bayas, entre otras), ya que además tienen otros nutrientes beneficiosos.
4. Alimentos con ácidos grasos omega 3
Las nueces, el salmón o las sardinas son tres alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, un tipo de grasas saludables que ayudan a mantener la piel nutrida e hidratada.
Además, reducen la inflamación que pueda causar el acné y hacen la piel menos sensible a los rayos UVA del sol, menos peligrosos en esta estación pero que nunca desaparecen del todo.
5. Jengibre
El jengibre es rico en gingerol, una sustancia activa que se cree que ayuda a reducir el riesgo de padecer infecciones. Además, tiene efectos antibacterianos que han demostrado que inhiben el crecimiento de algunas bacterias peligrosas, como la E. coli, Candida o Salmonella.
Aunque hacen falta más estudios que terminen de confirmar estos resultados y ayuden a determinar exactamente en qué dosis y situaciones el jengibre es más beneficioso, de momento puedes ir añadiéndolo en tus ensaladas, batidos y postres otoñales.
¿No sabes cómo? Aquí van algunas ideas. Puedes utilizar jengibre para hacer unas galletas de jengibre y miel, o un bizcocho de te negro al jengibre. Si no te va mucho la repostería o el dulce, te proponemos dos platos salados con jengibre: pavo con naranja y jengibre, o crema de zanahoria y jengibre.
Pero no hace falta seguir una receta para disfrutar del sabor del jengibre: basta con que tengas en casa una raíz fresca y rayes un poco para añadirlo a cualquier plato o bebida que te apetezca. Anímate a hacer tus propias recetas.
6. Suficiente proteína
Sabemos que el pelo se cae más en otoño y eso no es en principio algo preocupante, aunque sí bastante alarmante (recuerda la escena de la migración en la ducha que comentábamos al principio). Si quieres favorecer en cualquier caso la fuerza de tu pelo durante esta estación, toma nota: proteínas, proteínas, proteínas. Al fin y al cabo, tu pelo está hecho de ellas, y una falta de proteína en tu alimentación está asociado a una mayor pérdida de cabello.
Puedes asegurarte de ingerir todas las proteínas que necesitas si comes carne, pescado, mariscos, huevos, lácteos y legumbres.
7. Ajo
El ajo contiene principios activos muy beneficiosos para esquivar los típicos catarros otoñales. Por ejemplo, la alicina, principal sustancia activa del ajo, ha demostrado ayudar a las células del sistema inmune a combatir los resfriados y catarros.
La alicina no solo reduce el riesgo de contraer un resfriado, sino que ayuda a los que lo padecen a recuperarse más rápido, según varios estudios científicos.
Aquí el consejo en frío sería comer dos o tres dientes de ajo crudos al día, pero no nos engañemos, para la mayoría eso será difícil de cumplir a rajatabla, y más si no queremos que nuestra vida social se resienta (un constante olor a ajo emanando de nuestro cuerpo no es la mejor forma de conservar amistades), así que simplemente intenta incluir un poco de ajo fresco en tus ensaladas, por ejemplo.
Si el ajo crudo no te va, prueba a aplastarlo unos 10 minutos antes de cocinarlo, algo que según algunas investigaciones ayuda a potenciar sus efectos beneficiosos. Eso sí, según esas investigaciones, al cocinarlo tendrás que aumentar la cantidad de ajo diario para conseguir el mismo efecto... ¡que el ajo inunde tu vida!
8. Frutos y bayas
Las bayas y frutos del bosque son conocidos por su alta cantidad de polifenoles, un compuesto que ayuda a nuestro cuerpo a combatir contra virus y bacterias, así como de vitamina C, también beneficiosa para el sistema inmune y la piel.
En concreto, consumir en otoño frutos como moras, arándanos o frambuesas entre otros ayuda a combatir el virus de la gripe, otra enfermedad de temporada.
9. Frutos secos
El otoño es temporada de castañas pero también apetece comer almendras, nueces, avellanas, pistachos... Los frutos secos no solo son variados y deliciosos de forma que todos podemos encontrar una variedad que nos guste, también son especialmente buenos para mantener el sistema inmune, la piel, el pelo y el cuerpo en general a punto durante el cambio de estación.
Eso se debe a su alto contenido en diversos nutrientes necesarios para que todo funcione correctamente: selenio, cobre, vitamina E o zinc (especialmente importante para mantener el pelo sano y fuerte) así como fibra, antioxidantes y ácidos grasos saludables.
Extendemos este consejo no solo al cambio de estación, sino a todo el otoño y al año completo: come más frutos secos y dáselos a tu familia.
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