A estas alturas de la película creo que todas estamos ya metidas de lleno en la temida operación bikini para lucir palmito este verano, y una de las comidas más conflictivas a la hora de plantear un menú completo suele ser la cena. Por eso hoy os daremos unas ideas de cenas saludables con las que podemos mantenernos sanas, saludables y mantener el tipo.
Antes de nada, recordemos que lo más importante a la hora de perder peso es hacerlo de forma progresiva y controlada: de nada nos sirve ponernos a plan durante un mes si los restantes once meses del año nos los hemos pasado comiendo mal. Además, hacer una comida bien no elimina otra que hayamos hecho mal: lo que vale es el total calórico del día y la calidad de los nutrientes que incluyamos en nuestra alimentación.
¿Cenar ligero para bajar de peso?
Desde siempre se ha dicho que cenar ligero ayuda a bajar de peso; bueno, esto es cierto en una parte. Una cena ligera, si el resto de las comidas del día han sido adecuada, colaborará a la hora de perder esos kilos que nos sobran. Pero no por cenar poco (o no cenar) vamos a perder peso mientras hagamos las demás comidas de mala manera. Todo cuenta: el desayuno, las comidas entre horas, la comida principal y la cena. Todo.
Una cena ligera y temprana nos ayuda a conciliar mejor el sueño y a descansar de forma más efectiva, pero si no la rodeamos de una alimentación adecuada a lo largo de todo el día, no nos servirá de mucho. La opción de no cenar no es muy beneficiosa: lo único que conseguiremos será levantarnos con más hambre que de costumbre y querer comernos un elefante para desyunar.
¿Qué debe contener una cena sana?
Una cena sana debe contener todos los grupos de macronutrientes necesarios para nuestro organismo (hidratos de carbono, grasas y proteínas), y éstos deben proceder de alimentos de calidad. No es lo mismo comerse un donuts que un plato de verduras: ambos son hidratos de carbono, pero provienen de fuentes muy diferentes y se metabolizan de manera distinta en nuestro organismo.
Muchas dietas promueven la eliminación de los hidratos de carbono a última hora del día: esto no es absolutamente necesario, lo único que debemos hacer es realizar elecciones inteligentes y escoger los hidratos adecuados. En lugar de pastas o pan, podemos optar por otras fuentes de hidratos como verduras y hortalizas.
Además, una buena dosis de proteína y grasas saludables completarán cualquier plato sano y saludable: pescados como el atún o la merluza son fáciles de preparar, sanos y ricos (la carne, que suele ser más pesada, quizás entra mejor en la comida principal de medio día). Otros, como el salmón, nos aportarán también ácidos grasos Omega3 que tiene función anti-inflamatoria. El aceite de oliva para aliñar las ensaladas o el aguacate para acompañarlas (en su justa medida ambos) también nos proporcionan grasas saludables.
¿Cómo preparo mis alimentos?
A veces un alimento saludable puede convertirse en menos adecuado para nuestro organismo porque no lo preparamos de manera adecuada. Por ejemplo, los rebozados y fritos son capaces de hacer que una pieza de pescado, aparentemente sano, se convierta en una bomba de calorías y grasas trans, nada beneficiosas para el cuerpo.
Los métodos más adecuados para cocinar cuando intentamos cuidarnos pasan por la plancha o parrilla, hervir, cocer al vapor o cocinar al horno. También podemos optar por el wok en el caso de las verduras o el papillote para los pescados (la pieza se cocina en su jugo y sin nada de aceite). ¿Te parece que estos métodos dejan la comida sosa? Puedes optar por acompañar los platos con las especias de tu elección: ajo, pimienta, nuez moscada, pimentón... La oferta es numerosísima y puedes probar un plato nuevo cada día.
Cinco ejemplos de cenas saludables
Imágenes | Thinkstock 1, 2, 3 y 4
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