Aunque Avon no ha sido nunca santo de mi devoción en cuanto a la eficacia de sus tratamientos, decidí probar éste ante el premio que le dio la revista Allure, especialista en belleza. Se trata de un peeling facial en dos fases (2-step facial peeling) con ácido glicólico, que se presenta en dos tarritos, conteniendo cada uno 30 discos.
Se aplica primero el disco de la fase 1, empapado en una solución que lleva un 10% de ácido glicólico, por toda la cara y se esperan 5 minutos. Se puede sentir una ligera picazón o un escozor que enseguida desaparece: es la acción del ácido. Tras los 5 minutos de rigor se aplica el disco de la fase dos, neutralizador, y con compuestos calmantes y suavizantes.
Lo peor que tiene el producto es su olor, las dos fases huelen bastante mal, y sobre todo la dificultad de despegar los pequeños discos, que parecen patatas Pringles. Sin embargo, el producto es bastante efectivo: a pesar de que las instrucciones dicen que se puede usar mañana y noche, yo sólo lo he usado por las noches, y tras 5 días ya se ven resultados. Las pequeñas líneas de expresión desaparecen y el poro se afina y cierra. Si tenéis zonas de la cara con piel normal (por ejemplo las mejillas) veréis que se quedan absolutamente suaves.
Tras 10 días tendréis una piel que poco tendrá que ver con la que teníais al principio y cuando acabéis el tratamiento estaréis deseando empezarlo de nuevo. ¿La mala noticia? El producto es difícil de encontrar y en un formato similar hay pocas marcas que comercialicen productos (por ejemplo, el Perfectionist de Estee Lauder, mucho más caro).
En cualquier caso os lo recomiendo, siempre teniendo en cuenta que pieles sensibles deben abstenerse de este tipo de tratamientos.