Nos contó Carolina hace unos meses cómo se realiza la manicura Shellac. Confieso que llevo ya dos manicuras de este estilo y me confieso fan total.
¿Por qué? Porque aunque dicen que son 14 días de duración, sí, cierto, 14 días de uñas perfectas, puedes estar una semana más con las uñas muy bien, brillantes, esa tercera semana puedes ir tranquila porque aunque empieza a notarse la raíz, el espacio en blanco, acudes al centro y listo.
Os cuento mi experiencia y por qué soy fan.
El tratamiento comienza con una exfoliación e hidratación de las manos. Al menos en el centro donde yo he ido, Nenha, un centro especializado en uñas de diseño, todo es casi un ritual para las manos.
Con las manos listas, eliges el largo y forma de tu uña, qué haces con la cutícula, y eliges el color para esmaltar. El repertorio de color todavía no es demasiado amplio, confío en que lleguen más colores, pero es suficiente para casi todos los gustos.
UV Shellac es el primer esmaltado, una base fortalecedora antes del color. Os volveréis amigas de la lámpara de luz utravioleta que seca y fija el color.
Tras este proceso, con las uñas perfectas, limpias, hiper brillantes, te vas a casa. Más de 14 días, en serio. Y perfectas. Trabajo frente al ordenador, por lo que tecleo todo el rato, y no se movió nada. En casa también trabajo como cualquier mujer, y las uñas siguen intactas.
Las he tenido más de 14 días, casi tres semanas, 17/18 días aproximadamente, y perfectas. El primer color que escogí fue un rojo intenso perfecto. Era la primera vez y no sabía si me iba a gustar estar tres semanas con el mismo color. Rojo fue el primer elegido. En la imagen no se aprecian como son en realidad.
Cómo eliminar la manicura Shellac
Tras esas semanas, volví, me quité el color y elegí un tono coral. El proceso para eliminar el color es con acetona pura. Te envuelven cada uña en unas fundas de plástico de CND, y tras unos minutos, y raspando un poco porque hay partes que no salen.
No es bueno para la uña, puede ser, (al menos hacerlo en demasiadas ocasiones), pero te vuelves a hacer el tramiento y listo. O, en su defecto, eliminas los restos, te liman bien la uña, casi la pulen, muy muy lisa, y dejas la uña respirar, que es lo que he hecho esta última semana.
Dos manicuras Shellac consecutivas, y he dejado una semana respirar la uña. Volveré seguro, segurísimo, no sólo porque me encanta tener las uñas pintadas, perfectas que era casi imposible más de tres días, y con ese brillo, ¡es que hasta el día 17 siguen brillando de la misma manera!
Respecto al precio, pagué un poco más, pero dependerá del centro donde vayas. Eso sí, la pedicura Shellac todavía no la he probado, sí la normal, y es genial poder salir con los pies perfectamente hidratados (aunque peligroso si vas con sandalias, ¡resbala!)
Creo que ya no me queda más por demostrar por qué soy fan de la manicura Shellac. Si probáis, y tenéis las uñas perfectas tres semanas, me decís si repetís. En la galería os dejo imágenes del centro, en la c/ Jorge Juan 64.
En Arrebatadora | La manicura Shellac causa furor