No sé si a vosotras os pasa, pero desde hace unos días puedo sentir como eso que denominan como astenia primaveral se ha apoderado de mi. Por fin ha salido el sol, y sin embargo nada me invita a pasear, noto el cansancio provocado por tantos meses de rutina, me siento con poca energía y veo que no brillo como antes...Tanto esperar para verme mejor y ahora casi, casi me atrevería a decir mi aspecto delata mi falta de fuerza.
A los detractores de la existencia de estos síntomas por el cambio de estación, les comunico que no se trata de un estado imaginario, por el contrario, está comprobado científicamente que este tipo de fatiga física o mental que muchos padecemos en estas fechas está causada por una unas circunstancias y cambios en la rutina que provocan una serie de reacciones en el organismo que alteran la regulación de los ritmos circadianos debido a un cambio en la secreción de hormonas como endorfinas, cortisol o melatonina.
Las alteraciones de horario, luz, cambio de temperatura y ambiente hacen que nos debamos adaptar a nuevas condiciones. Es como si despertáramos de un letargo y nos tuviésemos que aclimatar a unas nuevas exigencias. Este periodo de adaptación es el que provoca en muchas ocasiones sensación de decaimiento y agotamiento tanto físico como psíquico o nervioso, en este último mostramos un especial cansancio actividad mental.Todo esto, sin duda, se refleja también en nuestro aspecto.
¿Combatir o rendirse?
Esa es la pregunta, y la respuesta que te doy es equilibrar sin bajar la guardia, para evitar una "caída libre" que nos haga desear estar en los brazos de Morfeo todo el día. Estamos bajo un proceso interno que sin duda no sólo afecta al interior, falta de tono, rostro sin luz y posturas más relajadas o dejadas al mostrarnos sin la energía habitual, que llegan a cambiar hasta nuestro control postural, espalda cargada, caminar sin soltura ni fuerza. Eso, se nota en el exterior.
Realizar ejercicio es una de a formas más efectivas de cambiar el estado de ánimo, y sin embargo te preguntaras, ¿como voy a realizarlo si estoy agotada? Te recomiendo seguir mi táctica: alternar pequeños paseos, y quedar con amigos para hacerlo, una manera de distraer la mente y no concentrarme en mi estado. En compañía todo se hace mucho más llevadero.
Una buena fórmula es realizar ejercicios suaves que tonifiquen los músculos como el Yin Yoga. Lo que os recomiendo es no forzar el órganismo, recordad lo que siempre os digo, hay que escuchar al cuerpo, y si este necesita descansar, es por algo.
Otra buena opción es practicar ejercicios de relajación si os encontráis estresadas y tonificar sin agotar. Todo para liberar endorfinas, la sustancia "mágica" que aumenta el estado de bienestar y disminuye la sensación de dolor, fatiga emocional y estrés.
Escuchar
Vuelvo a lo de prestar atención a nuestras sensaciones y necesidades. Atender a nuestro cuerpo es clave para que todo sea correcto. Dormir siempre que sea posible, todo el tiempo necesario, atender a posibles problemas de alergia, aunque no hayan existido previamente, puede darnos la pista para tratar algunos síntomas o seguir una alimentación dirigida subir la energía son puntos a tener muy en cuenta.
Este último punto en concreto, el cambio o nuevos aportes en alimentos puede ser clave en esta ayuda. Y es aquí donde me he fijado en las recomendaciones de la nutricionista Laura Parada, de Slow Life House, una lista para guardar y utilizar cuando hagamos las compras de alimentación. Os explico el porqué...
Aportar y cambiar, fundamental
Esta especialista, recuerda que los niveles bajos de vitamina B12 pueden ser un factor de riesgo para la depresión y que su deficiencia produce fatiga, falta de aliento y pérdida de concentración, recuerda que está presente en los alimentos de origen animal, carne, pecado y marisco. Además os facilito su lista de 12 recomendaciones clave:
*** Polen**,tiene un alto contenido en vitaminas y minerales. Refuerza nuestro sistema inmune para que nos sintamos con más fuerza y energía.
Kiki, aporta grandes cantidades de vitamina C, cinco veces más que una naranja, por lo que estimula el sistema autoinmune. También equilibra los electrolitos del cuerpo.
Carne de ave, rica en vitamina B12, evita la fatiga y nos aporta uno dosis extra de energía.
Kefir, los alimentos probióticos aportan bacterias beneficiosas que regulan la flora intestinal. Está comprobado que una flora intestinal desequilibrada contribuye a la depresión.
Plátano, contiene triptófano, un aminoácido clave para la creación de serotonina, la hormona de la felicidad.
Nueces, también contienen triptófano. Consumirlas de forma regular ayuda al cerebro a producir más serotonina.
Pescado azul, se ha comprobado que la gente que sigue dietas altas en ácidos grasos esenciales como el Omega3, tiene niveles más bajos de depresión. presente en el salmón, atún, trucha, arenques, sardinas...
Espinacas, ricas en ácido fólico, un nutriente esencial para dotar al organismo de energía y vitalidad.
*** Café**, en dosis bajas o moderadas, la cafeína tiene efectos psicoestimulantes e incrementa el nivel de actividad. Además, intensifica las sensaciones de bienestar y energía.
Avena, por su riqueza en fibra y en proteínas vegetales, que son absorbidos lentamente por el organismo, estabiliza los niveles de glucosa en sangre y nos aporta energía de manera constante evitando los bajones de energía.
Maca, con sus elevadas dosis de aminoácidos y minerales, cobre, magnesio, hierro, fósforo, lucha contra la fatiga y la astenia, aumenta los niveles de serotonina en el cuerpo y alivia la depresión leve.
¿Has apuntado? Lo demás: paciencia y voluntad. Todo pasa, y mientras tanto, aprecia todo lo bueno de esta estación. Si no puedes más, siéntate en un banco y mira las flores, disfruta la temperatura, aspira los nuevos aromas y relájate. Busca tus espacios y tiempos, y piensa que la lluvia ya pasó. ¿Más animada?
Más información | Slow Life House
Imágenes | 2#Pixabay
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