La piel del contorno de los ojos es uno de los principales objetivos de la cosmética moderna. Esa pizca de crema específicamente formulada para ese centímetro cuadrado del rostro se ha vuelto una prioridad en nuestra rutina de belleza diaria. He tenido la suerte de utilizar el contorno de ojos Orchidée Impériale de Guerlain.
Soy consciente que soy una privilegiada por haberlo probado porque es un tratamiento caro y está al alcance de pocas. Pero por esa misma razón quiero compartir mi experiencia con vosotras (y vosotros) porque hoy día nadie se priva de un capricho cuando la idea se nos mete entre ceja y ceja: si alguien estaba pensando en utilizarlo, aquí va mi sensación y los resultados.
Qué ofrece el contorno de ojos Orchidée Impériale
Como todo blog de cosmética que se precie, en Arrebatadora os hemos hablado en más de una ocasión del tratamiento Premium Orchidée Impériale. En Guerlain lo han nombrado tratamiento completo de excepción. Se trata de un tratamiento cosmético global: su propiedad anti-edad es preventiva para el conjunto global de necesidades de la piel.
Como todos los distintos productos de esta gama, es el alto poder de regeneración lo que hace el contorno de ojos un tratamiento rejuvenecedor que aporta longevidad a esa delicada piel. Más tiempo joven: hidratada, lisa y firme más años.
La larga vida en perfectas condiciones de la flor de la orquídea es la inspiración y el objetivo del tratamiento, con los principios activos del ya famoso extracto molecular de las orquídeas seleccionadas por la marca. Si tenéis una necesidad visible de contorno antiarrugas o reafirmante, es mejor que escojáis otro tipo de contorno más focalizado a esa necesidad concreta.
Mi sensación y los resultados obtenidos
Utilizo habitualmente contorno de ojos, adopté ese cosmético a mi rutina diaria hace mucho tiempo aunque haya hecho paréntesis en alguna ocasión entre el tarro vacío y el siguiente. Este último año, he sabido lo que es tener sensación de sequedad por causa de la edad en la zona de las patas de gallo. Esa tirantez hay que tratarla con un contorno en crema, como lo es Orchidée Impériale: se acabó el fluído o el gel como contorno.
La textura es sublime. No tiene una viscosidad de crema espesa al tacto (cuando coges una pequeña cantidad con el dedo, algo más que un grano de arroz) pero cuando la aplicas sí tiene una viscosidad consistente. Y a mi piel le sienta de maravilla. Las cremas espesas son las que dejan esa sensación de confort, de saciedad, a la zona del ojo: la sensación de tirantez desaparece y la piel se vuelve más elástica.
Lo más curioso es que se absorbe tan bien que no notas que llevas crema ni tampoco brilla, como algunos contornos en crema. La cantidad necesaria de producto es ínfima, aparte de un resultado de calidad hay que pedir actualmente que la crema cunda mucho.
Se me está terminando y no sé qué voy a hacer cuando tenga que comprarme un contorno nuevo. Me he acostumbrado a notar las patas de gallo protegidas, especialmente ahora que hace frio. Mi piel no sólo está más lisa y menos seca: la noto más fuerte, como más espesa. En el sentido de haber mejorado en densidad, menos delicada.
Mis párpados empezaban a mostrar algo de flacidez y ahora está a raya: desde que lo hablamos en este post, sólo lo aplico en el párpado fijo. Pero de lo que estoy muy contenta es de haber logrado parar las tres típicas arrugas de pata de gallo. Cuando empecé a verlas: ¡qué horror! ¿Eso me está pasando a mí? No han desaparecido pero sí se han difuminado de manera visible. ¡Yupi!
El tarrito de vidrio grueso con el interior en color azul es un envase de máxima protección (caídas y luz solar) de esta preciada crema. Contiene 15 mililitros, como todos los contornos, y cuesta unos 150 euros. A algunas os dará un ataque, otras no os sorprenderéis porque hay muchos contornos de ojos que cuestan alrededor de los 100 euros hoy día.
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