Probamos la máscara tubo Blinc

Hace algún tiempo os conté acerca de las tubing mascaras, unas máscaras de pestañas que están formadas de polímeros (una especie de plástico, simplificando mucho), a diferencia de las que llamaré “normales”, hechas en base a ceras y aceites.

El nombre tubing o tubo se refiere a que el polímero envuelve cada pestaña, así que más que pintarlas como lo hacemos ahora, las estamos “entubando”, con un producto que promete dar largo extremo a prueba de agua, sin causar virutillas ni dejar residuos en la ojera, con una retirada fácil con agua tibia.

Aunque las tubing mascaras llevan ya unos buenos años en el mercado, solo ahora están apareciendo de la mano de las marcas más conocidas y más fácilmente encontrables. Yo tuve la oportunidad de probar la máscara de Blinc, una marca que desconocía, ¿queréis saber cómo me fue?.

La máscara Blinc

Blinc dice ser la máscara que inventó la tecnología de los tubos. Originalmente llamada Kiss Me Mascara, se afirma que era una de las más vendidas en Japón hasta la aparición de Fiberwig, otra máscara tubo que es muy conocida en la blogósfera.

Esta máscara es más pequeñita que las normales, pues trae un poco más de 6 ml (en mi experiencia son más habituales las de 8 ml hacia arriba). El símbolo del tarrito abierto dice que dura abierta seis meses, aunque la marca recomienda cambiarla cada tres.

El cepillo es bastante tupido, con cerdas en espiral y no es demasiado grande, ni difícil de manejar. El producto en sí parece bastante líquido cuando está en el goupillon, aunque si lo pasáis por la mano no deja manchones, sino un leve borrón negro. La máscara en sí es intensamente negra y brillante, pero no es “efecto vinilo“.

Como os dije al principio, este es mi primer producto de la marca, así que no puedo deciros dónde se vende o si es fácil de conseguir, excepto que se vende en los Sephora de EEUU. En cuanto al precio, esta máscara es cara: en la web oficial vale 25 dólares, unos 18 euros.

Mi experiencia con la máscara Blinc

Después de probar varias máscaras de pestañas, creo que por fin sé qué es lo que quiero conseguir: volumen, definición, curvatura y efecto multiplicador. No necesito largo pues mis pestañas ya chocan en ocasiones contra los anteojos.

En la foto bajo estas líneas podéis ver el efecto de la máscara. Hace las pestañas más visibles, más gruesas y curvadas. Donde se nota especialmente, aunque no sé si la imagen lo muestra, es en las pestañas inferiores, que se notan mucho más y parecen más rellenas.

A la izquierda la máscara Blinc, a la derecha nada de nada.

Esta máscara es muy adaptable, con una pasada se obtienen pestañas naturales y con muchas se pueden obtener pestañas muy marcadas y dramáticas. Eso sí, hay que trabajarla mucho para una mirada de impacto, aplicar capa tras capa y usar un peine de pestañas para evitar 4 pestañones, antes de que se seque, lo que pasa muy rápido.

En cuanto al largo: yo esperaba poder lograr más. En la publicidad de los tubes se dice que podemos construir pestañas tan largas como queramos (mientras la máscara no se seque), pero yo no he conseguido ningún largo extraordinario, sino algo comparable con Big Eyes de Eyeko.

La máscara no es nada especial en cuanto al volumen, aunque ninguna de las tubing mascaras parece destacar en este aspecto. Con pocas pasadas se obtiene un poco de volumen, pero al agregar más capas las pestañas se empiezan a amontonar y pegar, con lo que toda la ilusión de volumen se pierde por completo.

Respecto de la duración, os diré que la he usado varios días y se ha mantenido en su sitio, desde la mañana a la noche, sin dejar ni una sola virutilla. En ocasiones me he frotado los ojos, y así y todo no se ha salido ni corrido en absoluto.

Así se ven los tubos al retirar la máscara de pestañas.

Solo me queda deciros cómo retirarla. Las tubing mascaras se retiran con agua tibia y una ligera presión. Eso significa que si os laváis la cara y el agua toca las pestañas, no se va a salir. Lo mismo si os frotáis los ojos en seco. En mi experiencia el agua ni siquiera tiene que estar tibia, basta con que esté templada y la máscara sale con solo frotar un poco.

Algo importante del proceso de sacarla es que la máscara no se deshace dejando un borrón negro, sino que deja algo así como “hilitos” en el algodón, como veis en la foto unos párrafos más arriba. Os lo digo porque mucha gente que ha probado las tubing mascaras teme estar perdiendo pestañas, cuando en realidad esos trocitos negros son los tubos que recubrían las pestañas.

Conclusión

Nuevamente mi opinión en cuatro palabras es “buena, pero no perfecta“. Lo mejor es que tanto nos vale para un look de todos los días, como para uno de ocasiones especiales. Su gran pero es el precio, pero también lo es el que unas pestañas destacadas requieren mucho trabajo, lo que hace irrelevante el que sea fácil de quitar.

Así las cosas, esta es una máscara que no repetiré. No es que sea mala, pero creo que ahora me decantaré por las máscaras que dan volumen, como la Lash Doubling de Clinique, que me está gustando mucho y que os mostraré pronto.

Más información | BlincInc.com
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