Esta semana de tantos cambios de temperatura era el momento ideal para probar la mascarilla espumosa de Babor. Porque todos los que tenemos la piel con tendencia a deshidratarse sabemos que no hay nada peor que pasar calor y después frío y luego vuelta al calor. La dermis no logra adaptarse a las fluctuaciones externas y tiende a secarse, quedándose tirante e incómoda. Pero la mía no y os cuento cómo me ha funcionado el producto.
Según la propia firma cosmética de lujo, "esta mascarilla en espuma ha sido especialmente desarrollada para piel seca. Proporciona una hidratación intensiva y promueve los procesos propios de hidratación de la piel. Además, sus ingredientes botánicos derivados de la flor mastuerzo del prado y de los aceites de almendra mantienen la barrera natural de la piel para protegerla."
El packaging del producto sigue la misma línea profesional y elegante de toda la colección Skinovage de Babor, en blanco y plateado. El envase viene en formato aerosol, con un aplicador a presión para conseguir medir con más exactitud la cantidad de mascarilla utilizada. Sin embargo (y por bonita que sea la presentación), lo importante está en el interior, porque esta mascarilla es un bombazo de sensaciones.
Al aplicar la mascarilla, lo primero que notas es que está helada, lo cual es una experiencia muy agradable en el rostro, que parece que se relaja todavía más. Además tiene un efecto efervescente, haciendo burbujitas que al contacto con la piel que explotan como peta-zetas provocando un cosquilleo muy agradable. ¿Qué maravilla es esa? Si a eso le sumamos que huele a crema solar, a mí ya me habían convencido sin descubrir aún su eficacia.
Yo la he estado utilizando como indican en el envase, dos veces a la semana justo después de lavarme la cara a fondo. La he aplicado, repartiendo la mousse espumosa por todo el rostro y dejándola actuar durante 15 minutos. Después he masajeado suavemente los restos de espuma que quedaban para que penetren y he dado por terminado el ritual, ya que esta mascarilla no necesita aclarado.
Los días que la he utilizado no he aplicado mi crema hidratante habitual después, porque esta mascarilla ya es hidratante y con un efecto bastante oleoso, así que a mi piel no le hacía falta. El resultado que yo he notado es que la piel se queda muy suave y, sobre todo, sin sensación alguna sin tirantez. Algo que para mí es importantísimo. Su precio es de 31 euros y dura muchísimo, porque se necesita poco producto para cada uso.
Valoración del producto Moisturizing Foam Mask de Babor
- Packaging: 10/10
- Aroma: 10/10
- Textura: 10/10
- Sensación en la piel: 9/10
- Resultados: 9/10
- Precio: 7/10
En definitiva, yo he quedado encantada con esta mascarilla tan original. Especialmente con el hecho de que no necesite aclarado y no haya que eliminarla frotando a fondo el rostro de nuevo. Puede que el precio no sea para todos los bolsillos, pero calculo que durará unos tres meses, así que al final sale a cuenta. ¡Y con esos resultados compensa!
El producto fue facilitado para la prueba por Babor. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
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