La época estival de sol y playa hace que la oferta de aceites solares y de belleza salgan hasta de debajo de la arena de la playa. Coco, Monoï, palma, ...
Las que saben mucho sobre el aceite de Monoï son las francesas ya que es gracias al país vecino que se exportó este aceite de belleza perfumado, uno de los descubrimientos al colonizar la isla de Tahití.
El aceite de Monoï lo llevan utilizando desde generaciones en la Polinesia Francesa y, al comprobar las virtudes protectoras y de belleza de la piel en las islas, fué muy bien recibido en Francia, a un paso de nuestras costas.
La fórmula del aceite de Monoï
Básicamente es aceite natural de coco, más concretamente aceite de copra refinado que se extrae de esos cocos tahitianos de calidad excepcional.
En éste, se dejan macerar las flores de tiaré, típicas de la zona, que le transmite el perfume de las islas. Seguro que habéis visto algún frasco de cristal con la flor dentro: es el Monoï puro, al 99%.
Actualmente existen varias lineas de bronceadores de Monoï (y a base de Monoï, que no hay que confundir). Estos protectores solares estás hechos del mismo modo, le extraen la flor una vez macerado el aceite e incorporan el filtro solar: por esa razón, la flor no está dentro. Tienen una concentración del 50% de Monoï.
Propiedades cosméticas
Este producto tiene varias propiedades beneficiosas para la piel y el cabello, aquí las tienes detalladas:
Para empezar, es un aceite natural que nutre la piel, incluso la más seca y descamada, dejándola muy suave y satinada. Como tratamiento corporal después de la ducha es perfecto.
Evita la deshidratación haciendo de barrera en la capa más externa de la piel, evitando que se evapore.
Al mismo tiempo, tiene propiedades hidratantes también: hidratación en doble sentido.
Como producto de belleza para el cabello, su uso es legendario. El pelo se suaviza en extremo, no se encrespa, brilla y es más fácil de peinar. Existen fórmulas especiales para el pelo (y para las que necesitan que todo lleve una etiqueta específica) pero la fórmula original ya.
Por supuesto, por todo lo anterior, sirve para zonas muy secas como talones de los pies, codos, etc.
El certificado de garantía
Como todo lo bueno y no-caro, el bombazo de este aceite polinesio empezó a tener sucedáneos a diestro y siniestro hasta que en abril del 1992 se autorizó por decreto el apelativo de origen, como logo oficial, el que veis en la foto.
Si la etiqueta de tu frasco no lleva este logo identificativo, no es monoï. Y muy sospechoso si el tarro no es de vidrio.
Resultados del Monoï como corporal y como bronceador
Ya os he explicado las propiedades del Monoï como corporal de baño. La única precaución que debéis tener al comprarlo es comprobar que el aroma os gusta ya que es penetrante y muy floral: es el perfume de las islas. De todos modos, existen versiones perfumadas como a la vainilla o coco que puede que prefiráis.
Como bronceador, es sorprendente que, aun con protección muy baja o nula (es raro obtener uno con protección más alta que 8-10), no te quemas. La verdad es que, como en zonas sensibles como los hombros y escote se utiliza protección extra, para piernas y brazos es fantástico para las que quieran un color tostado.
La sensación bajo el sol es que te estás poniendo morena a marchas forzadas pero incluso mi amiga Marta, con el estereotipo de piel blanca, no se quema utilizándolo. Será que, con esta barrera sobre la piel, los rayos solares que provocan el eritema solar lo tienen complicado …
Eso sí: no es aconsejable para pieles reactivas al sol, se trata de un aceite solar intensivo. Y por lo que más queráis, ¡no os lo apliquéis en la cara!.
Fotos | Soleil des Iles
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