Si algo caracteriza a todas las protagonistas de portadas, reportajes y anuncios, con más o menos kilos, es que siempre lucen perfectas. Para ellas parece que no existen las ojeras, los puntos negros, los granitos, las arrugas, los brillos o los pelos rebeldes.
Melenas siempre en su sitio, tono de piel unificado, pestañas extra largas, ojos grandes y profundos, cero manchas, labios carnosos... no importa cuánto nos gastemos en cremas o cuánto tiempo dediquemos al tocador, en la vida real es imposible lograr tal despliegue de excelencia, aunque eso no significa que no se pueda estar igualmente guapa, sin tener que parecer un dibujo.
Sabemos que estas imágenes se retocan con photoshop, pero ¿somos conscientes de hasta qué punto se modifican? Porque a veces, aunque nos resistamos a creer lo que vemos, consiguen vendernos esa falsa ilusión de “cómo deberíamos ser” para la que fueron creadas.
Vídeos como los realizados por Elizabeth Moss para Rare Digital Art, muestran en apenas minuto y medio las horas de transformación que requieren habitualmente este tipo de fotos, en las que las mujeres pasan de ser humanas a ser… las modelos a las que todas estamos acostumbradas.
El primero es el más impactante, especialmente por la transformación tan trabajada de la piel, pero vale la pena ver los tres.
¿Qué os parecen? ¿Dejámos definitivamente de buscarnos pequeños defectos?
Vía | Cribeo
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