Rayos UVA, UVB e IR-A, nuestros peores enemigos

A la hora de exponernos al sol muchas personas no son conscientes de los peligros a los que está sometiendo su piel. Los grandes enemigos los tenemos principalmente en los rayos ultravioletas, que siempre están ahí, al acecho, siendo el verano la temporada donde inciden con más fuerza y más estragos causan.

Este tipo de rayos pueden afectar gravemente a nuestra piel, produciendo además de las consabidas quemaduras otras enfermedades mucho más peligrosas y letales como puede ser un cáncer. Hoy, dentro de nuestro especial Piel en Verano queremos recordarte su peligrosidad con el fin de concienciarte y te protejas más si cabe del sol.

El sol es una fuente necesaria para la vida y nuestro organismo, gracias a él nuestro cuerpo puede sintetizar distintas vitaminas esenciales pero si alargamos innecesariamente las exposiciones nuestra piel puede correr un peligro muy importante, principalmente por los rayos ultravioletas (UVA y UVB) y por los rayos infrarrojos (IR-A).

Rayos UVA

Los rayos UVA aunque no sean causantes de quemaduras sí que afectan gravemente a nuestra piel. Contribuyen a que nuestra piel adquiera un bonito tono bronceado (por ello las famosas cabinas UVA) pero al mismo tiempo son los principales causantes del envejecimiento prematuro de la piel y que ésta pierda elasticidad, además de contribuir a las tan odiadas manchas solares.

Otra de las características de los rayos UVA es que contribuyen a agotar el comentado capital solar, nuestro sistema de autodefensa frente a la exposición solar por lo que, aunque sea de manera indirecta, ayudan a elevar las posibilidades de contraer un cáncer de piel.

Rayos UVB

Los rayos UVB son mucho más peligrosos ya que llegan a la superficie terrestre con una intensidad mucho mayor que los rayos UVA. Gran parte de ellos son absorbidos por la capa de Ozono pero cada vez más rayos ultravioletas de este tipo acaban afectando a la población con los riegos que ello conllevan.

Al ser más intensos, con tan solo una breve exposición pueden causarnos quemaduras y también contribuir a la formación de melanomas en el caso de que no nos protejamos adecuadamente.

Rayos IR-A

La gran mayoría de protectores solares nos aseguran una protección frente a los rayos UVA y UVB pero diversos estudios han demostrado que los rayos infrarrojos (IR-A) también tienen un efecto importante en nuestra piel.

El 45% de la radiación solar es de tipo infrarroja y es la principal causante de que se produzca la comentada síntesis de vitaminas en nuestro organismo, en concreto la de la vitamina D, pero diversos estudios han avalado que una sobreexposición a estos rayos causan a largo plazo un aumento de posibilidad de adquirir un cáncer de piel además de contribuir activamente al fotoenvejecimiento.

Elegir un buen protector solar

Está claro que los peligros a los que exponemos nuestra piel son los suficientemente importantes como para no tomar cartas en el asunto, siendo esencial utilizar protectores de nivel alto que nos aseguren una proteccion eficaz frente a los dos tipos de rayos ultravioletas (UVA y UVB) y también que tengan en cuenta las características de los rayos (IR-A) algo que no ocurre con todos los protectores solares del mercado aunque cada vez más marcas como Ladival, Skinceuticals, Lancaster o Be+ comienzan a tenerlo en cuenta.

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