Rituels d'Orient en Barcelona. Lo probamos

Llevar los niños a la escuela, llegar a tiempo al trabajo, reuniones y más reuniones, a la salida te pasas por el supermercado, recoges a las criaturas y de nuevo trabajo (pero esta vez en casa). Ser madre a día de hoy (y siempre) no es fácil pero a veces tenemos que detenerlo todo por un momento. Y si no lo eres, hay mil problemas que estresan de la misma manera, así que esto también va para ti. Aprieta el botón de stop y respira. Estar bien con una misma es fundamental, por ello bien nos merecemos un descanso y mimar nuestro cuerpo. Es aquí donde entra en combate Rituels d'Orient Barcelona, un oasis en medio de la ciudad.

Nos pasamos la vida estresadas sin disfrutar de los pequeños placeres que nos da la vida. Hoy no va a ser así. Tómate tú tiempo, tú espacio y disfruta de una experiencia inolvidable en estos baños turcos situados en pleno corazón de la ciudad condal. ¿Te animas?

¿Qué nos ofrece?

Este pequeño retiro situado en la calle Loreto 50 de Barcelona ofrece un hammam tradicional, es decir, unos baños turcos a base de vapor. Su hammam está formado por dos salas:

  • La sala templada. Es la primera y más amplia estancia del Hammam, donde se inicia el circuito. Se encuentra a 37 grados con un 80% de humedad. Dispone de calientes bancos de piedra, una piscina y una ducha, además de disponer de cuencos labrados de metal para refrescarnos si lo necesitamos.
  • La sala caliente. A 46 grados y una humedad del 100% el cuerpo y la mente se relaja entre espesas nubes de vapor. Aquí los poros de la piel se abren, las toxinas se evaporan y las tensiones desaparecen.

Ofrecen masajes de todo tipo: desde el tradicional masaje oriental corporal hasta un masaje desestresante de pies a cabeza con aceite de argán caliente, pasando por placenteros masajes de caray cuero cabelludo. Además, dispone de distintos tratamientos para el cuerpo (después de Navidades y sus comilonas va bien tener en cuenta el tratamiento modelador) así como depilación oriental con caramelo. Una amplia gama para que encuentres lo que mejor se adapta a tus necesidades.

Mi experiencia

Quedamos poco antes de las 13h y llego un poco nerviosa. Esto de los masajes no va con una alterada de la vida como yo, pero lo cierto es que cuando estoy en ello desconecto 100%. Me hacen pasar a un pequeño vestuario donde cada una tiene su taquilla y en ella me encuentro un albornoz, un pareo y unas zapatillas. Con mi bañador en el cuerpo y estas tres piezas ya no necesito nada más. Por ello me acompañan a la parte de abajo donde me esperan 45 minutos de baños turcos para desconectar (o intentar) poner la mente en blanco.

El baño turco está formado por dos estancias para que los poros se abran y la mente se relaje

Tras una ducha de agua tibia me quedo sentada visualizando la estancia que me rodeada: un pasillo oscuro con dos picas llenas de agua (cada una de ellas con un cuenco) y una piscina para los momentos que el cuerpo necesita refrescarse. Nos encontramos a 37 grados y con un 80% de humedad, por lo que tener la botella de agua a mano es importante. Una vez habituadas a la temperatura se recomienda acceder a la segunda estancia: con 45 grados de temperatura y una humedad del 100% es imposible ver nada.

Y aunque parece un poco agobiante (soy de las que duro cero coma en una sauna), lo cierto es que al cerrar los ojos todo se hace más llevadero. Obviamente si el momento de agobio es insufrible tenemos la primera sala con la piscina y los cuencos de agua para despejarnos. Cuando los poros ya están abiertos toca el momento de exfoliar el cuerpo, para ello me acompañan a una pequeña sala (con la temperatura de 37 grados) y me hacen tumbar sobre una cama de mármol. He aquí donde empieza el espectáculo.

El jabón de olivas negras y eucalipto es purificante, tonificante y aseptizante, y se basa en una fórmula usada ancestralmente por las mujeres árabes

El primer masaje que recibo es con un jabón a base de olivas negras y eucalipto que prepara la piel para la procedente exfoliación y hace que ésta no se dañe. Me lo retiran con agua caliente (una gozada sentir el agua como cae por el cuerpo) y proceden a la exfoliación. La primera toma de contacto es bestia: notas como la piel te arde, pero pasados unos segundos el cuerpo se acostumbra. Después de esta segunda parte, vuelven a cubrir mi cuerpo de cubos con agua caliente para retirar las células muertas.

Pensando que aquí terminaba el ritual del hammam, la amable chica que se encarga de mi aparece con otro unguento: esta vez de color marrón y más espeso. Se trata de Rhassoul, una arcilla mineral natural que se hace desde hace siglos en Marruecos. Tras un masaje para cubrir todo mi cuerpo en este brebaje, lo dejan reposar unos minutos para después ducharme con agua caliente y retirarlo de mi piel. Ál instante noto la piel sedosa y fina. Mi mente está en modo off y por ello me dejan descansar un poco más en el hammam, pero a los pocos minutos otra simpática chica me lleva a una nueva sala para poder disfrutar de un merecido masaje.

El masaje es de cuerpo entero y puedes elegir qué aceite prefieres: sándalo, jazmín, rosa o té verde

¿Sándalo, jazmín, rosa o té verde? debes elegir el aceite esencial para que pueda proceder al masaje. Me decanto por el de rosa, un olor que me recuerda a mi infancia. Tras 20 minutos de un perfecto masaje, una ya no sabe ni dónde está ni qué ha de hacer. Por ello te dejan descansar de la experiencia en una sala con sofás mientras te tomas un té de menta (delicioso) y una pasta a base de hojaldre, miel y sésamo. Poco a poco la mente se despierta, los pensamientos vuelven a la mente pero tu cuerpo está más que renovado.

Valoración final

Como podéis entrever mal no lo pasé. Iba sin pensar en qué me iba a encontrar y la sorpresa fue mucho más que grata. Poder desconectar de esta manera entre semana y en plena ciudad es un placer que deberíamos concedernos (al menos) una vez al mes. Resetear la mente y evaporar el estrés para encarar el resto del día con mejor humor. Desde el lugar, el trato, la experiencia y la gente que han hecho posible este tratamiento son recomendables. Lo recomiendo 100% sin lugar a dudas. Sus precios empiezan desde los 46 euros (ritual básico del hammam) hasta los 196 euros (ritual de los sultanes. Para dos personas). Por lo que dependiendo de tu bolsillo puedes optar a uno u otro (hay muchos precios) y experiencias diferentes).

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