Durante los últimos años y meses hemos sido testigos de la evolución que se ha ido dando en la concepción de los rizos. Cada vez más personas, especialmente mujeres, reivindican su cabello natural y rechazan las modas que las animaban a alisarse el pelo. Los rizos están pasando por uno de sus mejores momentos y es que muchas de nosotras estamos aprendiendo a quererlos por ser parte de nosotras y no, simplemente, por estar de moda.
Una de las ventajas que las mujeres rizadas hemos encontrado es que, al alejarnos de la tiranía de las planchas, ganábamos tiempo. Pero la realidad es que los rizos son muy delicados y su cuidado lleva bastante tiempo. El problema es que, a veces, vamos con prisa y necesitamos opciones que no requieran tanta dedicación. Cuando eso me pasa, llevo a cabo esta rutina rápida para días ocupados.
Menos tiempo en los tratamientos profundos
Una de las primeras cosas que hago es ahorrar un poco de tiempo en el lavado y los tratamientos. El lavado con champú - sin sulfatos o con sulfatos suaves - lo realizo con normalidad. Sin embargo, el verdadero ahorro de tiempo lo consigo con los tratamientos hidratantes.
En vez de usar una mascarilla de hidratación profunda y dejarla actuar durante varios minutos, cuando tengo prisa opto por usar acondicionador en la ducha. Eso sí, para asegurarme de que el pelo queda bien hidratado utilizo la técnica STC (Squish to Condish). Esto significa que, después de aplicar el acondicionador lo aclaro poco.
Si quieres hacerlo, aplica un chorro fino de agua en el pelo y estruja el pelo como si lo estuvieras masajeando. Repite este proceso varias veces, hasta que notes que has aclarado todo el acondicionador y, ¡listo! ya tienes el pelo profundamente hidratado en mucho menos tiempo.
Ahorra tiempo con la definición más rápida
El momento de definir también suele suponer bastante gasto de tiempo, especialmente si elegimos técnicas como el fitagem o el finger coil. Por eso, cuando tengo prisa elijo siempre hacer una definición con la técnica pulsing.
Consiste, básicamente, en aplicar con las manos - normalmente con el cabello bastante mojado para aprovechar la hidratación - la cantidad de producto de definición que necesitemos.
Podemos aplicarlo con las manos con la técnica que se conoce como praying hands que supone ponernos productos en las manos, colocar el cabello entre las dos manos en la posición que las pondríamos si fuéramos a rezar e ir bajando las manos por el cabello. Después, iremos estrujando el cabello como si lo estuviéramos amasando o masajeando. Para sacar más volumen, podemos hacerlo bocabajo de manera que las raíces se eleven un poco.
Y, ¡listo! ya tenemos la rutina más rápida posible terminada. Solo queda decidir si dejamos que seque al aire o con secador y difusor. La primera opción nos ahorra tiempo en el momento y ayuda a conseguir mayor definición. La segunda nos aportará algo más de volumen, aunque hará falta un poco más de tiempo en el momento.
Imágenes | Unsplash
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