Estamos a un mes escaso de que llegue oficialmente la Navidad, aunque la mayoría de los supermercados y tiendas pretendan que llevemos ya más de un mes celebrándola. Una época perfecta para compartir con los amigos, con la familia, con los compañeros de trabajo... y para celebrar casi siempre alrededor de una mesa llena de comida.
Todos asociamos las festividades navideñas con la presencia de una gran mesa plagada de ricos alimentos que no solemos comer el resto del año, o al menos no suelen formar parte de nuestra dieta habitual: mariscos, carnes y turrones son los alimentos más típicos de estas fiestas. Si estás preocupada por cómo la Navidad puede afectar a tu dieta o a tu estilo de vida, tenemos unos consejos para ti.
Planifica y controla los días
No caigas en el error de pensar que la Navidad comienza en octubre, por mucho que te quieran convencer los supermercados. Los días especiales en Navidad son cinco: Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y el día de Reyes. Y punto. El resto de los días seguirás trabajando, estudiando y viviendo tu vida como hasta ahora.
En cuanto a esos días, recuerda que lo especial es solo una comida al día: una cena o una comida. Pero el resto del día puedes seguir tu rutina normal de comidas. No por ser Navidad tienes que ponerte hasta arriba dede que te levantas hasta que te acuestas: mantén tus hábitos cotidianos durante el resto del día.
A la hora de comer, sírvete en tu plato
Una de las grandes trampas de las cenas y comidas de la Navidad es colocar las fuentes al centro e ir picando de todo hasta que no puedes más. Te pones hasta arriba con los entrantes, y oye, luego tienes que comer los demás platos porque no le vas a hacer un feo a tu madre que se ha pasado toda la tarde cocinando. ¡Y cómo no vas a comer nada de turrón al terminar, si es Navidad!
Para controlar lo que comes, no desmadrarte y tener sitio en el estómago para llegar bien hasta el postre, sírvete en tu plato. Toma tu plato y coloca en él los entrantes que vayas a comer: seguro que viéndolos todos juntos en un mismo plato sabes distinguir perfectamente cuándo es suficiente. Así, además, no te empacharás al principio y podrás disfrutar de todos los platos de la comida (sí, de un poco de turrón también).
No le des vía libre al alcohol
En Navidad es muy habitual consumir mucho más alcohol del que tomamos normalmente: una cervecita para tomar con los aperitivos, el vino blanco con el pescado, una copa de tinto con el cordero, el cava para brindar y un copazo al terminar la noche. Además, como todo va acompañado de abundante comida, puede parecernos que tomamos menos de lo que estamos bebiendo en realidad.
En el caso de la cerveza, puedes optar por tomarla sin alcohol. Si vas a tomar una copa de vino por plato con la comida, procura tener siempre un vaso con agua al lado: cuando termines la copa de vino, opta por beber agua y no la rellenes de vino sistemáticamente. El cava solo para brindar, y el copazo... un día es un día, pero si puedes evitarlo, mejor que mejor.
Recuerda que el alcohol, además de no aportar nada bueno al organismo está cargado de calorías vacías con las que puedes fácilmente duplicar las que vas a ingerir con la comida. Puede que te parezca que no tiene importancia porque son calorías líquidas, pero cuentan igual que las sólidas (y encima no te llenan).
No dejes de entrenar en estas fechas
Todos tenemos un millón de cosas que hacer en Navidad, pero seguro que puedes sacar media hora al día o una hora cada dos días para entrenar. Al fin y al cabo, es tiempo para ti: es importante tener tiempo para los demás en estas fechas, pero también lo es el tenerlo para nosotras.
Preparar una carrera, por ejemplo** la San Silvestre** que se celebra el último día del año, es la excusa perfecta para no dejar de entrenar en estas fechas. También nos vale cualquier otra carrera o competición que se celebre poco tiempo después.
Queda con tus amigos para entrenar, comienza una nueva actividad en el gimnasio que te mantenga motivada, descarga una aplicación que te anime a mantenerte activa con sus entrenamientos o sigue nuestro consejo de entrenar 15 minutos por las mañanas. ¡Todo vale a la hora de mantenernos activas!
No dejes de comer ni hagas una "dieta detox"
No dejes de comer, ni antes de los días de fiesta para "reservarte" ni después para "enmendar". Saltarte una comida solo hará que llegues con más hambre a la siguiente: no se trata ni de comer por obligación ni de dejar de comer para compensar. Mantén tus comidas normales, quizás en una cantidad algo más pequeña si no tienes mucha hambre.
Las "dietas detox" no son más que lavaconciencias sin ningún tipo de aval científico. Tu cuerpo no necesita "desintoxicarse" de forma externas: para eso tenemos dos riñones que cumplen esa función sin necesidad de añadir nada más. Quizás te hagan perder peso, pero a base de la pérdida de líquidos: la grasa ni se moverá, y el peso lo volverás a ganar en cuanto vuelvas a beber.
No busques soluciones fáciles a problemas que no lo son: si te has pasado realmente con las comidas en Navidad opta por comer con moderación, por consumir alimentos frescos y por eliminar la comida basura, el azúcar y los alimentos procesados. Y sigue entrenando de manera habitual.
Con estos puntos, estás preparada para disfrutar de las Navidades sin que tengas que estar todo el día preocupada por qué comerás, cuánto comerás o cuánto turrón vas a comer. ¿Lista para celebrar y disfrutar?
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