¿Te aplicas bien el perfume? Os damos las 7 claves para sacarles todo el partido

¿Te aplicas bien el perfume? Os damos las 7 claves para sacarles todo el partido
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Puede que en este momento muchas de vosotras estéis leyendo este post con cierto escepticismo. Y es que podréis pensar que no hay mucho misterio en eso de aplicar un perfume, sin embargo lo hay, y de cómo lo hagamos, sobre todo si lo hacemos correctamente, dependerá su duración y que saquemos todo el partido a su aroma. Por ello, aquí os dejamos siete claves básicas con el que vivir las experiencias del perfume mucho más intensamente.

A cada piel un aroma

Hay una premisa básica en el tema del perfume: su aroma depende de nuestra piel. Por ello, ni los más caros serán los mejores, ni ese que nos gusta de una amiga tiene porqué oler igual en nuestra piel. Por ello, dentro del tipo que más nos guste (identificar si nos gustan más florales, amaderados, cítricos, o lo que sea...) siempre es mejor probarlos en la piel y dejar que se asienten para captar mejor el resultado.

Además, obviamente hay que elegir y aplicarse los perfumes de acuerdo con la situación: si es de día o de noche, la época del año con sus correspondientes circunstancias meteorológicas y demás.

La piel siempre limpia y sin fragancias

Parece obvio, pero hay que decirlo. Para sacar el mayor partido a un perfume la piel tiene que estar limpia ya que, en caso contrario, si tenemos residuos de anteriores, o de otros productos con olor, no se fijará tan bien ni desplegará su verdadero aroma que podría quedar enmascarado. De hecho, también hay que tenerla hidratada para que se fije mejor, pero obviamente, con una crema que no tenga aroma.

Cuando menos es más

No sé vosotras, pero en mi caso tiendo a sobrepasarme con las pulverizaciones del perfume. Bien es cierto que podemos diferenciar entre esos aromas más suaves, el Eau de toilette, de lo que es propiamente un Eau de perfume, y que dada su intensidad, las primeras aceptan más cantidad que las segundas, pero aún así, me suelo pasar, lo que hace que me sobrecargue de aroma.

Por ello, la clave es pulverizar lo justo ya que si nos pasamos, cometemos un gran error. Así, lo recomendable es que para el Eau de toilette tengamos suficiente con 4 ó 5 veces, y para el Eau de parfum con 2 ó 3 ligeras será más que suficiente y siempre en lugares más estratégicos.

Eligiendo el lugar correcto de aplicación

Aquí, más o menos todos tenemos claro dónde aplicarlo ya que hay que buscar el pulso y aplicarlo en muñecas, cuello, detrás de las orejas, escote, (curiosamente también se dice que en la parte de atrás de las rodillas, tobillos y en el pliegue del brazo, pero personalmente no lo veo...) los lugares con mayor afluencia de sangre que eleva la temperatura corporal, lo que favorece que el perfume se extienda con mayor intensidad.

Eso sí, por favor, nada de echarse el perfume en el pelo (salvo que esté indicado), no es nada recomendable. Y es que puede causar, además de sequedad, reacciones alérgicas en el cuero cabelludo, dermatitis de contacto o empeorar casos ya existentes de dermatitis seborreica. Así que olvidaos.

Caminar hacia la nube

Una muy buena opción para aplicarse el perfume es la de cambiar hacia la nube, es decir, pulverizar en el ambiente y adentrarnos en la nube aromática para quedar homogéneamente impregnado, pero su duración es más fugaz y requiere usar más cantidad de perfume, lo cual no quita para que el aroma se despliegue de forma muy sutil. Yo lo suelo hacer con los perfumes más intensos y me encanta.

El frotar se va a acabar

Ya lo decía aquel anuncio de los 80, pero parece que todavía no nos hemos enterado que no hay que frotarlo. Y es que tenemos esa manía de que cuando nos lo aplicamos, sobre todo, en las muñecas, frotamos una contra otra y eso no se puede hacer ya que las moléculas se rompen y dura menos. Así que lo que hay que hacer es aplicarlo a una distancia prudencial y esperar a que se seque completamente.

Cuida y mima tu perfume

Es importante cuidar nuestros perfumes, por ello, nunca los debemos tener, por ejemplo, en el baño. Y es que que para que no se estropeen ni pierdan su encanto, hay que tenerlo en un lugar donde no reciban luz directa y se encuentren a una temperatura media constante. Por ello, hay que evitar que estén cerca de la calefacción o en contacto con humedad (como en un baño).

Bonus: y para que dure más...

Y para terminar, lo haremos con un truquito a modo de bonus. Y es que perfumarse tras salir de la ducha es el mejor momento y que es cuando los poros están abiertos y el perfume penetra más en la piel y lo fija mejor.

Ahora solo hay que ponerlo en buena práctica y conseguiremos sacar todo el partido que merecen a nuestros aromas favoritos.

Foto | @lovelypepa
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