“Tengo cara de invierno”... Seguramente lo has dicho o escuchado en más de una ocasión. A estas alturas todo vestigio del verano pasó y los madrugones, la rutina, el cansancio y el frío tienen un efecto en nuestro rostro que deja ver algo muy diferente a lo que lucíamos en vacaciones. Parece que los cosméticos que hasta ahora nos quedaban perfectos no hacen el mismo efecto. Algo ha cambiado y todo resulta diferente.
No te alarmes, no eres tú, simplemente vivimos bajo otras condiciones, debemos adaptarnos y buscar un nuevo efecto, sin intentar acercarnos a lo que el verano nos dio. Esa es la cuestión, el invierno requiere otras exigencias, pero también debemos buscar otros resultados. La luz no es la misma y las circunstancias que nos rodean hacen que nuestra piel tampoco lo sea. Si hace unos días, daba algunas claves que me funcionan para cuidar la piel del rostro en este momento de año, ahora os doy otras, sobre como conseguir vernos resplandecientes y saludables en nuestro día a día de invierno. La premisa: aspecto radiante, natural, fácil, mediante tonos cálidos y mucha hidratación.
La base debería cambiar
Una norma básica que sin embargo no todas tenemos en cuenta: menos es más. Aunque seáis de las que preferís llevar un tono más oscuro que vuestra piel, hay que bajar la intensidad con respecto a lo que llevamos en primavera y verano. Mi ejemplo, si hasta hace poco utilizaba el tono Honey 110 de la base Everlasting Youth Fluid de Clarins, ahora he pasado al tono Wheat 109.
Un tono claro en base de maquillaje es fundamental para sentirse bien en época de luz más baja y días grises. Si en principio no os gusta la idea, no os preocupéis, existen fórmulas para tener muy buena cara pese al cambio de base. Hay que recordar además aplicarlo de menos a más, pequeñas cantidades desde el centro del rostro hacia la parte externa, de forma suave sin desplazar la piel, y cuidando difuminar siempre en el cuello.
Mejorar la luminosidad
Ahora dar luz es el objetivo, cambiar el efecto soleado buena cara de verano, por el luminoso, saludable e impecable en invierno. Existen muchas prebases en el mercado que voy probando y aconsejando. Una de las últimas es Teint Lumière, Primer Lumière, de Galénic. Me gusta porque no produce ese efecto máscara tan indeseado que otras proporcionan. Aporta un efecto radiante, disimula los defectos y resulta muy luminoso y natural.
Contiene un pigmento blanco que permite camuflar imperfecciones, rojeces, zonas de sombra y manchas gracias al componente White Compact Gel. En principio está indicado para utilizar antes de la Hidratante Aspecto Saludable Teint Lumière de la firma, pero yo lo he probado con mi base de maquillaje habitual y me gusta muchísimo. La cuestión es que elijas una prebase que te aporte luz, sea muy ligera en textura y te guste.
Rosa de invierno
Si hace unos años no cambiaba el marrón y beige por nada a la hora de aplicarme el blush, os puedo decir que ahora doy adicta al rosa. Fundamental para cambiar el look y dar un toque de vivacidad y alegría al rostro. Yo hago una comparación; si la salud en verano queda representada por los tonos marrones y dorados, en invierno queda reflejada por los rosas.
¿Cómo lo hago? Sonrío y pongo un toque rosa, el color que da el frío invierno, en el centro de las mejillas. Proporciona un aspecto de energía saludable y resulta mágico. Entre mis favoritos, Blooming Blush de Sensai con su extensa gama de tonos rosas y componente iluminador.
Labios cuidados
Durante el día vuelvo a la máxima de menos es más: perfilo en tono natural y aplico brillo porque me proporciona luz, hidratación, turgencia y un aspecto cuidado y jugoso. Mi último descubrimiento por duración e hidratación increíble es MALIN + GOETZ Lip Moisturizer , un producto especial que se puede encontrar en establecimientos exclusivos como Abanuc.
Ojos con chispa
Dar vida a los ojos durante los días grises es importante, así que por la mañana siempre aplico un finísimo, casi invisible, trazo de eyeliner para mantener la intensidad de la mirada. Uno de mis favoritos porque me permite graduar la intensidad, resulta fácil y duradero, es Roller Liner Liquid Eyeliner de Benefit. Si veo, en uno de esos días malos, que no es suficiente, pongo una pizca de sombra con algo de brillo sobre el eyeliner y justo en el centro. Una pizca que aporta luz. Por supuesto, no olvido la máscara porque despierta y abre la mirada.
Algo más que ojeras
"Antiojeras" siempre, ligerísimo siempre, pero no os limitéis a la zona de la ojera; a veces necesitamos llevarlo también hacía el hueso de la nariz en la zona de la cuenca del ojo. Me encanta por textura, porque no marca arruguitas, por ligerísimo y tratante, Eye Detox Concealer de Talika.
¿Debo renunciar a los marrones?
En absoluto. Dar un "poquito de sol" siempre favorece, pero ahora todo debe ser más medido, más suave. Rosa en la parte frontal, pero un halo delicado de beige en la zona del pómulo. Mezclar y difuminar para crear el efecto deseado es un arte, pero no hay que olvidar que lo que buscamos es un resultado natural.
Por último, un matiz de polvos sueltos si queréis evitar brillos en determinadas zonas y crear un efecto aterciopelado y luminoso para conseguir ese aspecto impecable y duradero.
Importante: saber que buscamos un aspecto descansado, fresco, cuidado, despejado y natural, alejándonos de lo que el verano nos proporcionó. La búsqueda de ese efecto saludable bajo el sol, en ocasiones nos equivoca y durante el invierno puede convertirse en una imagen oscura y cansada. Recuerda que si en belleza, menos es más, en invierno con mayor motivo.
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