Si en el anterior post os hablaba de cómo prevenir la alergia que nos producen los pendientes, hoy os voy a hablar de cómo curar nuestras orejas una vez tengamos el eccema.
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Lo primero que os recomiendo es probar con un remedio de la (mi) abuela. Nada más levantarte, chúpate los dedos y humedece el lóbulo dañado. La saliva mañanera hace milagros.
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Haz una infusión concentrada de romero. Cuando se enfríe un poco empapa un algodón y aplícatelo en el lóbulo unos veinte minutos. El escozor se reducirá enseguida y el eccema curará antes. Repite día tras día hasta que se haya pasado la alergia.
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Otras planta que puedes aplicar en infusión es la malva. También puedes cocer unas hojas de laurel y aplicarlo de la misma forma. Si no tienes nada de esto a mano, prueba con manzanilla, también te calmará.
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Aplica en la zona crema hidratante tantas veces como sea necesaria. Así normalizarás las características de la piel y evitarás la formación de grietas. La crema con lavanda de la que os hable para combatir los eccemas de la psoriasis os puede ir muy bien. También el agua de rosas.
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Si tienes pus o herida aplica alcohol y un antiséptico cutáneo tipo Betadine. Cuando la herida vaya secando un poquito, aplica crema hidratante.
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Si la alergia persiste visita a un dermatólogo o alergólogo. Probablemente te recete alguna crema que lleve corticoides después de realizarte las pruebas que constaten tu alergia.
En fin, ni que decir tiene que si tienes alergia al níquel no sólo te van a hacer mal los pendientes que lo contengan. Tienes muchas papeletas para que collares, pulseras, horquillas o hebillas de reloj que tengan este metal también te provoquen eccemas.
El níquel tiene mucha capacidad de penetración a través de la piel, por eso hay tanta gente sensible a él. Me acuerdo cuando adoptamos el euro la controversia que hubo con la alergia al níquel. Y es que las monedas de uno y dos euros contenían bastante níquel para que fueran más duras y para evitar falsificaciones.
La verdad es que la alarma quizá fue un poco excesiva, pero lo cierto es que se fue reduciendo la presencia de este metal: antes había un 75 % de monedas que lo llevaban y en la actualidad sólo un ocho. Supongo que la gente que manipule muchas monedas, como los cajeros/as, y sean alérgicos al níquel lo agradecerán.
A mí me encantan los pendientes de todas las formas, tamaños y colores. Y es un fastidio tener que renunciar a unos que te gustan mucho porque te dan alergia. Espero que estos consejos os ayuden.
Imagen | Natalia Marín en Flickr
En Arrebatadora | ¿Te dan alergia los pendientes? (I)