Pues la respuesta es sí. Tener un poco de vello alrededor de la areola del pezón entra dentro de la normalidad femenina, aunque quede poco estético y además “asuste” un poco cuando se detecta. En realidad es un rasgo evolutivo que aún nos queda de nuestra vida mamífera y no hay que darle demasiada importancia.
En general suelen ser unos cuantos pelitos oscuros o negros que crecen muy rápidamente y suelen adquirir una longitud grande en poco tiempo. A nadie le gusta tenerlos y hay distintas formas de eliminarlos sin agredir una zona tan sensible como es el pezón. La cera está totalmente desaconsejada, tanto la caliente como la fría.
La zona es muy sensible y un tirón de cera podría provocar consecuencias indeseadas. Además los pelitos son muy pocos y se pueden eliminar con otros métodos, como por ejemplo las pinzas de depilar. Si las utilizáis, tened en cuenta que este vello suele crecer doble en muchos poros (dos pelitos saliendo del mismo poro), por lo que hay que ajustar la pinza muy cerca de la piel.
Para resultados más permanentes lo ideal es la depilación eléctrica, hoy un poco fuera de moda por la invasión de la láser, o, si el especialista lo considera conveniente, la propia láser. La depilación eléctrica no es plato de gusto, duele bastante y la sensación es muy extraña, por lo que si os decidís por ella debéis ir preparadas.
Imagen | Guttorm en Flickr
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