En general solemos preocuparnos más por el pelo que nos gustaría tener que en aprovechar el auténtico potencial del que ya disponemos, pero tan importante como cuidar nuestro cabello es hacerlo de la forma más adecuada para sus características.
Todas hemos escuchado más de una vez aquello de que la que tiene el pelo liso lo quiere rizado y viceversa, pero más allá de los tópicos la realidad es que cuanto más conozcamos y respetemos la naturaleza de nuestro pelo más posibilidades tendremos de lucir una melena bonita.
Pelo seco, normal o graso
La primera clasificación a tener en cuenta es si nuestro pelo es seco, normal o graso. Aunque hay algunos consejos que sirven igualmente para todos, como realizar siempre el último enjuague con agua fría (o todo el lavado incluso mejor) para cerrar el poro y darle brillo, o cepillarlo antes del lavado para eliminar suciedad y posibles enredos.
El pelo seco tiene poca elasticidad, si intentamos estirarlo se quiebra y presenta un aspecto mate. Aunque es la genética la que mayormente determina nuestro tipo de cabello, también se llega a este estado por un abuso de sol, químicos (tintes, cloro de la piscina etc.) y calor.
Para mejorar su aspecto no lo laves más de cuatro veces por semana y usa champús específicos o bien muy suaves para que no eliminen sus aceites naturales. Una forma de estimular la producción de los mismos es masajeando a menudo el cuero cabelludo.
Corta las puntas frecuentemente, ya que son la parte más afectada y reduce el uso de secadores, tenacillas o planchas. Si no puedes domar tu peinado sin ellos al menos déjalo secar al aire hasta que pierda la humedad y no utilices el secador antes.
Cuando vayas a la playa o la piscina utiliza un protector y en general evita llevarlo recogido demasiado tiempo ya que esto lo hace todavía más quebradizo.
Por el contrario el pelo graso es más elástico, pero también se ensucia más fácilmente por lo que en general resulta difícil no lavarlo a diario. Al hacerlo es muy importante no usar agua caliente y no frotar, ni aplicar directamente el champú, suavizante o mascarilla en el cuero cabelludo, ya que estas acciones son las que aumentan la producción de sebo.
Por la misma razón al cepillar el pelo o secarlo con la toalla hay que evitar activar las glándulas sebáceas y hacerlo con delicadeza en esta zona. El calor también estimula la aparición de grasa así que si utilizas secador hazlo en la posición menos caliente y a una distancia mínima de 15 cm. Aunque lo opción más recomendable es que dejes secar el pelo al aire.
Tampoco hay que olvidar que en este tipo cabello las puntas pueden igualmente tender a secarse y estropearse, así que un buen corte regularmente hará que nuestra melena luzca más sana y uniforme.
El pelo que conocemos como normal no presenta problemas de grasa ni sequedad, pero no por ello tenemos que olvidarnos de mimarlo. Hay que igualmente vigilar el exceso de champú (no por aplicar más lavamos más) y no abusar ni del agua muy caliente, ni de las planchas o el secador.
Pelo liso, rizado u ondulado
Otra de las formas de calificar el cabello es si de natural lo tenemos liso, rizado u ondulado, aunque después podamos peinarlo justo de la forma contraria.
El pelo liso es curiosamente la envidia de casi todas las que no lo tenemos, aunque sus propietarias cuentan que gustosamente lo cambiarían por algo más de volumen.
Para conseguirlo es recomendable un buen corte a capas, que le de forma y movimiento. Los hay de muchos tipos, así que busca uno que te guste y asegúrate en la peluquería de que es adecuado para dar cuerpo a tu melena.
También ayuda secarlo primero boca abajo y luego levantando las raíces mechón a mechón. Si quieres fijar el peinado es mejor hacerlo con un poco de laca, ya que cremas, geles y espumas pueden apelmazarlo y hacer que se vea todavía más tabla (justo ese efecto que buscamos la gran mayoría del resto de los mortales).
El pelo rizado absorbe mucho más la humedad, es muy poroso y esto puede hacer que se vea apagado o sin brillo. Una buena hidratación junto con alguna espuma fijadora o gel ayudan a definir los bucles y darles mejor aspecto.
Hay que tener cuidado con los cortes demasiado escalonados o las capas cercanas a las orejas, ya que los rizos empiezan a formarse alrededor de la cara y pueden hacer que la melena se vea demasiado redonda y abultada.
Nunca te cepilles el pelo en mojado, esto hace que los mechones se separen y se pierda la definición de los rizos dando un aspecto encrespado. Si quieres desenredarlo después del lavado utiliza un peine de púas gruesas o peine tenedor.
A diferencia del pelo liso que refleja mejor la luz y luce bien los cambios de color, las mechas o tintes muy claros no son generalmente adecuados para el pelo rizado, que suele verse más tosco e inflado.
El pelo ondulado, más conocido como “ni liso ni rizado”, tiene la ventaja de que podemos adaptarlo a los dos tipos de peinado, aunque también acarrea con la falta de volumen y sequedad de cada uno de ellos.
Yo tengo el cabello ondulado pero durante mucho tiempo no llegué a darme cuenta. Sin un corte adecuado (capas siempre capas) en lugar de ondas me enfrentaba cada mañana con una masa encrespada y disforme que sólo hacía que empeorar con el abuso del cepillo y de la plancha.
Por suerte hay peluqueras que se preocupan por asesorarte y hacerte la vida más fácil y con un simple escalado una me descubrió que ya en mojado, mi pelo tendía a formar unos rizos suaves, que podía potenciar también dándoles más volumen con el uso del difusor.
Ahora casi siempre me decanto por dejar secar el pelo al aire, aplicándole un poquito de espuma. Cuando ya ha perdido la humedad lo recojo en un moño poco apretado con una pinza y la retiro un poco antes de que el pelo esté seco del todo.
De esta forma consigo sin aplicar calor y de forma fácil un peinado al estilo melena surfera muy natural, que me ha hecho reconciliarme con mi cabello tipo “ni lo uno ni lo otro”.
Al igual que a los cabellos rizados, también me ayuda a marcar las ondas dejar el cepillado siempre para antes del lavado, y desenredar después únicamente con los dedos.
Pelo grueso, normal o fino
Otro factor a tener en cuenta es si tenemos un cabello grueso o fino. El primero es más resistente, aguanta mejor los químicos y el calor aunque si abusamos de ellos nos devolverá un aspecto opaco y poco saludable.
El pelo grueso es más fácil de moldear, podemos diferenciarlo fácilmente del pelo fino porque si nos hacemos un peinado especial puede mantener la forma durante mucho más tiempo, mientras que en el cabello delgado los rizos, marcados etc. no duran nunca más de un día.
Si tenemos un cabello muy fino hay que evitar especialmente los tintes con amoniaco, decoloraciones y el uso excesivo de secador, ya que este pelo suele ser muy frágil y tenderá a estropearse y romperse. Cortarse las puntas con regularidad es aconsejable para todo tipo de pelo, pero en este caso todavía más ya que tienen mayor tendencia a abrirse.
Un cabello normal o grueso admite melenas más largas, mientras que al más fino le sientan mejor cuando no pasan de la altura de los hombros.
Y tú ¿Qué tipo de melena llevas? ¿Cómo es tu cabello? y lo más importante ¿Cómo lo cuidas?. Seguro que entre todas podemos aprender mucho más de tanta variedad.
Fotos | Hanneli
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