Seguro que muchas veces te has fijado en esas celebrities que parece que les cuesta un mundo sonreir, con un rostro menos inexpresivo que el palo de una escoba. No es que estén amargadas (quizás sí, quien sabe) sino que son unas auténticas adictas al botox, o mejor dicho la toxina botulínica, el tratamiento antiarrugas más conocido en la actualidad.
Es el tratamiento estrella entre los famosos pero cada vez son más las personas de a pie las que se deciden a probar sus efectos. Si estás pensando emular a los famosos y te decides por este tratamiento debes de tener en cuenta varios factores, ya que si algo sale mal puedes entrar pensando que te van a dejar como a Nicole Kidman, y puedes salir con una cara como la de Sylvester Stallone.
¿En qué consiste exactamente la toxina botulínica?.
El Botox es la forma diluida de la toxina botulínica usada inicialmente para tratar espasmos musculares, y hoy en día es uno de los tratamientos que ofrece mejores resultados para eliminar las arrugas. Tras su infiltración con una aguja extra fina en el músculo debajo de la piel de la zona que queramos tratar, la toxina actúa relajando el músculo, con este efecto se consigue hacer desaparecer las arrugas y por tanto proporcionar un aspecto más rejuvenecedor en la piel.
Desde el 2002 se utiliza como método estético, pero ya se utilizaba con anterioridad para tratar migrañas y desordenes neuromusculares bajo el nombre de Botox.
Yo, sinceramente, no me la jugaría, estamos hablando de inyectarnos una toxina que lleva relativamente poco tiempo usandose como tratamiento antiarrugas, por lo que aún no está muy claro si tiene efectos secundarios a largo plazo.
Si aún así te decides a dar el paso al mundo de la toxina botulínica debes de tener en cuenta lo siguientes factores:
Los efectos comienzan a notarse a partir del cuarto o quinto día. No esperes resultados inmediatos.
Si pensabas que sus efectos duran para siempre estás equivocado. No durarán más de 4 ó 6 meses, por lo que pasado ese tiempo tendrás que repetir el tratamiento o ver como tus arrugas vuelven a aparecer sin piedad.
No es doloroso ni requiere anestesia, eso sí, deberás dormir con la cabeza erguida los primeros días.
Su precio ronda los 300 euros por zona.
No te la juegues, sólo puede ser administrado en centros médicos autorizados previa inspección del Ministerio de Sanidad.