Mirarse el ombligo es un acto cada vez más común en nuestra sociedad, pero no únicamente en el sentido figurado ¡Literalmente! solo eso explica el auge de la umbilicoplastia, una cirugía para modificar esta zona.
No confundir con la abdominoplastia, que sirve para lucir un vientre liso, en este caso se trata de corregir a nuestro gusto la forma del ombligo, ese hueco que un día nos dejó la ausencia del cordón umbilical y que al parecer también tiene sus normas estéticas.
Según el Dr. Antonio Tapias:
No existe un modelo a seguir, pero se considera que sus bordes deben estar a nivel de la pared abdominal, tiene que encontrase ligeramente “hundido”, con cierta forma alongada en las jóvenes y redondeada en las personas de mayor edad.
Entiendo que tras algunos embarazos, hernias, cicatrices de piercings o cambios bruscos de peso, quizá el ombligo adquiera un aspecto que no nos gusta y nos apetezca cambiarlo. ¿Pero en serio hay un cánon estético también para el ombligo? ¿No nos estaremos pasando ya un pelín de la raya?
El precio de la intervención ronda los 800 euros. Se realiza con anestesia local o con algún grado de sedación. No requiere ingreso hospitalario, pero sí se recomienda el uso de una faja o prenda compresiva durante el mes posterior. Los puntos de sutura se retiran a los 10-15 días.
¿Resultados? Estar más cerca del ombligo ideal, no vaya a ser que fallemos en algo…
Si es que hasta la Ciencia nos dice cómo tiene que ser. En Expertos en Medicina Estética añaden a la entrevista del Dr Tapia las declaraciones de Aki Sinkkonen (Universidad de Helsinki) que afirmo en Live Science que los ombligos ovalados o en forma de T son los más atractivos.
Los que están hacia afuera o demasiado hundidos no resultan tan favorecedores. Además también indican la salud reproductiva de la mujer, concretamente:
La simetría, la forma y la posición del ombligo se pueden utilizar para estimar el potencial reproductivo de las mujeres fértiles, incluyendo los riesgos de ciertas anomalías fetales heredadas genéticamente
No voy a ser yo quien contradiga las palabras de un científico, ni mucho menos a la selección natural, pero sigo preguntándome ¿No será demasiado?
Yo he visto ombligos bonitos de todas las formas; salidos, alargados, redondos, grandes, pequeños… ¿No nos hace eso también diferentes? ¿Qué gracia tiene tener todos el mismo?
Descartando por supuesto problemas graves en la zona, no sé hasta qué punto es sano para nuestra mente preocuparnos de nuestro aspecto a estos niveles. ¿Qué opináis? ¿Podremos sobrevivir sin operarnos el ombligo?
Foto | The road is home En Trendencias Belleza | Este verano ¡presume de ombligo!
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