Pensando en presentaros una fragancia femenina, he querido honrar a una firma con la que comparto la visión tradicional y exclusiva de la perfumería de calidad: Chopard. Se creó para traer al mundo relojes de lujo y amplió su savoir-faire a la alta joyería: sus creaciones cortan la respiración.
Finalmente, sus horizontes empresariales se unieron inevitablemente a la perfumería, como muchas otras marcas pero no como todas ellas. Firmas como Chopard permiten que la fe a una vuelta al respeto por la profesión no se pierda del todo.
Sus fragancias son conocidas por la gente que nos gusta saber de perfumería más allá de las novedades: no ha llegado al mass-market selectivo sin sentido de la actualidad y espero que así se mantenga. Chopard se estrenó con Casmir, todo un éxito desde lanzamiento, y llegó Wish en 1997. Como ves, es un perfume moderno.
Wish es una fragancia preciosa por dentro y por fuera. Dedico el post a aquellas mujeres que no se dejan influenciar por modas o novedades sino que quieren un perfume con personalidad, da igual si está en el Top-10 de la popularidad o no.
Éste lo es. Se reconoce a la legua, sea de tu agrado o no. Es de los dulzones, de los que yo no uso nunca, pero que respeto por su calidad y originalidad olfativa. Cuando no puedes comparar una fragancia con otra, cuando no puedes decir "se parece a ... o me recuerda a ...", es una fragancia con estilo propio.
Familia y notas olfativas
Wish es un floral oriental (tan distinto a mi Samsara y ¡son de la misma familia!) que no deja indiferente a nadie, tanto a las que lo adoptan sin reservas como a las que no se perfumarían con él ni que fuera el último frasco de perfume de la Tierra.
Tengo un nutrido grupo de amigas a las que les encanta: los gustos de las españolas se han refinado muchísimo los últimos años y la familia floral-oriental está en cabeza de lista. Hasta que llega el verano, claro ...
- Notas de salida: acacia, grosella negra y madreselva.
- Notas de corazón: violeta, osmanthus y pachulí.
- Notas de fondo: incienso, ámbar y sándalo.
El frasco y su historia
El frasco es una preciosidad y, en un principio, creí que sólo tenía forma de diamante por la identidad de la casa como joyeros. Y aunque así es, la historia que han asociado al perfume os va a encantar.
Tiene que ver con una leyenda que explica cómo llegaban a la Tierra fragmentos de estrellas que, al caer, se convertían en piedras preciosas con el tiempo. ¡Ah, sí, cómo nos gustan esas historias!. Por eso tiene forma de diamante y el color es azul firmamento. Lo diseñó Fabrice Legros.
Os describo mi sensación al utilizarla
Imagínate que ese trozo de estrella que cae del cielo está hecho de caramelo de grosella y que te da de lleno en la nariz. La violeta no la reconozco tanto porque la grosella es un aroma que olí mucho de pequeña (los caramelos de mi abuela). Es intensa, dulce, persistente: no te suelta. La fijación es un 10 rotundo.
Es una de esas fragancias de peso que, por muy eau de parfum que sea, inunda la habitación. Muy femenina y sofisticada, la descripción de la marca como fragancia misteriosa le viene al dedillo. Es el efecto olfativo del incienso y el sándalo.
Ese cuerpo contundente y nada discreto lo debe dar el pachulí y el ámbar. Creo que muchas de nosotras lo definiríamos como una fragancia de noche. Y estoy segura que vuelve locas a las francesas, muy fans de este estilo de perfumes. Si te has sentido identificada, no dudes en probarla en perfumerías selectivas.
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