Ya hemos podido escuchar al completo el esperadísimo segundo álbum de Billie Eilish, Happier Than Ever, que salió a la venta el pasado viernes. Viene con un cambio de sonido, menos electrónico, y de imagen, más sensual, que nos ha sorprendido. Sobre todo, porque la cantante siempre había sido reacia a mostrar su cuerpo, escondiéndolo bajo ropa extra ancha y llegando a protagonizar completamente vestida un anuncio de ropa interior de Calvin Klein. Y es que, además de intentar evitar así la cosificación, ha confesado en una reciente entrevista con The Guardian que no soporta su físico, algo con lo que muchos fans se identificarán.
"Veo a gente en las redes sociales y me doy cuenta de que yo nunca he tenido un cuerpo como el suyo. Me pregunto: "Dios mío, ¿cómo están así? Conozco los entresijos de esta industria, cómo se hacen realmente las fotos y sé que lo que parece real puede ser falso. Sin embargo, todavía lo veo y me hace sentir muy mal". Así ha relatado la artista la mala relación con su cuerpo que le genera compararse con otras personas, ¿te suena?
"Tengo mucha confianza en quién soy y estoy muy feliz con mi vida... Obviamente no estoy feliz con mi cuerpo pero, ¿quién lo está?", ha continuado explicando Eilish, cuyo talento y fama mundial no la eximen de sentirse acomplejada en una sociedad obsesionada con el culto al cuerpo y a la perfección física.
No obstante, para poder tener una carrera de éxito, no ha dejado que se interponga en su camino y ha aprendido estrategias para que sus complejos no la superen: "Cuando estoy en el escenario tengo que desvincularme de las ideas que tengo sobre mi cuerpo", es por ello que usa su característica ropa ancha a pesar de que reconoce que puede resultar "que no le favorece", ha contado a The Guardian." Tengo una relación terrible con mi cuerpo, en serio que no creerías lo mal que lo llevo, así que para subirme al escenario tengo que disociarme...", tal y como ha explicado.
En la era de las redes sociales, la vida de los demás siempre parece mejor, el postureo que invade las pantallas de nuestros móviles hace que todo el mundo parece siempre llevar dos tallas menos que cualquiera y que nuestra autoimagen se empiece a distorsionar. En los casos más graves puede desembocar en un trastorno dismórfico corporal, una preocupación fuera de lo normal y obsesiva por algún defecto, ya sea real o imaginado.
Así que, además de sincerarse sobre su experiencia personal, la cantante de Lost Cause ha querido lanzar también una reflexión al respecto: "Solo necesitamos nuestros cuerpos para comer, andar y defecar. Solo los necesitamos para sobrevivir. Es ridículo que alguien se preocupe por la apariencia de los cuerpos". Además de señalar con el dedo a algunos agentes implicados en el engranaje:
"Las personas que promueven estándares corporales irreales no están siendo sinceros sobre todos los tratamientos y la cirugía a la que se han sometido", ha declarado. No lo olvidemos la próxima vez que encendamos Netflix o nos metamos a procrastinar en Instagram.
Fotos | @billieeilish
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