Un enorme misterio rodea la recuperación en la que actualmente se encuentra Kate Middleton tras la cirugía abdominal a la que se sometió el mes pasado. La Casa Real británica NO dice nada, provocando que este silencio hable por sí solo y levante un sinfín de conspiraciones sobre el verdadero estado de salud de la princesa.
La última imagen que disponemos de la royal es del 25 de diciembre y con motivo de las fiestas navideñas en Sandringham. De aquí saltamos al 17 de enero, cuando se anunció la operación, y al 29 del mismo mes, cuando recibió el alta en The London Clinic. Y pare usted de contar.
Resulta curioso que desde el Palacio de Buckingham no aporten ni un mísero dato sobre la evolución de la mujer del príncipe Guillermo. Todo lo contrario es lo que ocurre con Carlos III, quien, tras informar de su diagnóstico de cáncer y con el único fin de evitar habladurías, ha sido fotografiado saliendo del hospital y en los pocos actos institucionales que ha presidido.
Con Middleton soltaron la bomba de su intervención y, al no actualizar su estado de salud, NO la han protegido de las rocambolescas teorías que han circulado sobre la duquesa.
Y es que éstas abarcan desde que Kate podría tener cáncer, fue inducida al coma, la operaron de una histerotomía o que le donó un riñón a Carlos III. De hecho, la más loca que se puede leer en 'X', conocido anteriormente como Twitter, advierte de que la princesa se habría aumentado los glúteos en Miami.
¿Qué dicen en Buckingham de todo lo dicho? Ni mú, han optado por no mover un dedo y dejar a Kate expuesta a la crueldad y a los dimes y diretes de la opinión pública. ¿Habrían actuado de la misma manera si Guillermo fuera el paciente en cuestión? Permíteme que lo dude.
Fotos | Gtres
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