Doña Elena siempre ha sido una mujer presumida. Durante su juventud solía combinar colores o estampados, y también lucía vestidos especiales cuando la ocasión lo requería. Es una amante de los bolsos de lujo y su hija Victoria ha heredado esa pasión. Entre sus marcas favoritas se encuentran Chanel y Dior, dos firmas que Jaime de Marichalar conoce de cerca.
Cuando la infanta contrajo matrimonio con Jaime, su estilo paso a ser más sofisticado. Dejó atrás ciertas costumbres y se dejó aconsejar por el que era su marido. Ahora, lo cierto es que Elena solo parece tener un objetivo: pasar desapercibida. Más allá de los actos 'oficiales' que preside, siempre intenta no ser reconocida.
No le gusta hablar con la prensa y se siente incómoda cada vez que la atracan a pie de calle. Esto también lo ha heredado Federica. Ambas ponen cara de susto cuando ven una alcachofa y su reacción siempre genera controversia. En sus intentos por evitar ser captada, Elena utiliza un complemento que se ha convertido en su aliado.
No importa si hay sol o nubes en el cielo. Elena siempre sale de casa acompañada por su inseparable sombrero borsalino. Así lo explican desde Monarquía Confidencial, donde aseguran que lo utiliza "para pasar desapercibida". Con la mirada puesta en su teléfono móvil la infanta "ha guardado silencio cuando le hemos preguntado qué tal ha visto a su padre y a su hijo y cómo lo han pasado en Abu Dabi", explican.
Fotos | Casa Real de España
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