Aunque en Instagram todo aparente ser maravilloso, la realidad de quienes vemos a través de una pantalla es compleja. No existe la felicidad eterna, la perfección, las vidas idílicas o las personas sin preocupaciones. Es difícil ver el lado menos bueno de las cosas a través de las redes, pero existe, y Anna Ferrer Padilla ha querido hacerlo público por el bien de su comunidad.
Anna es una mujer de éxito. Trabaja en lo que desea, tiene más ingresos que muchos mortales y cuenta con una familia que la apoya. Tiene amigas, un novio al que ama, muchos proyectos en mente y varios viajes por hacer. Es la vida que todos querríamos tener, pero no es real. También sufre, llora, tiene problemas y enfermedades.
En concreto, la joven 'influencer' padece ansiedad desde su adolescencia: "Yo no recuerdo haber estado tan mal de salud como ese verano de 2018. Yo iba en una moto de paquete y empecé a encontrarme muy mal. No veía, se me dormían las manos y la boca y entonces fue cuando mi madre me dijo: 'Vale, esto es un ataque de ansiedad, no pasa nada, te voy a llevar a terapia y vas a estar bien'. Y así fue", ha relatado ella misma, tal y como recoge Semana.
Desde entonces, sus citas con el psicólogo son ineludibles. "La ansiedad no se puede elegir" y Anna ha aprendido a vivir con ella. "Hace mucho que no sufro un ataque y eso significa que estoy muy bien, pero sí que creo que se aprende a vivir con ella. Ni se cura ni se supera, sino que aprendes a gestionarla y a entender y a comprender mejor tu cuerpo", señalaba.
Fotos | Gtres
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