Apenas dos meses después de que el escándalo con Genoveva Casanova irrumpiera en los titulares y platós de televisión, Federico de Dinamarca se alzaba como rey tras la abdicación de la reina Margarita. Un movimiento inesperado que muchos señalaron como una táctica para ocultar bajo la alfombra el sinfín de rumores que arrastró su relación con la mexicana.
Sin entrar en la labor de Casanova del soberano (quien entendió, entendió), el pueblo danés no estaría nada contento con sus primeros meses de reinado. Me explico. En primer lugar, NO cuajó la idea de que nada más conseguir su puesto se marchara junto a Mary Donaldson de vacaciones al pueblo suizo de Verbier, conocido por el poderío de su estación de esquí y sus vistas al Mont Blanc.
Por otro lado, la agenda del monarca entre enero y febrero no ha destacado precisamente por ajetreada. El 21 del primer mes del año, días después de su ascenso, Federico participó en un acto religioso en la catedral de Aarhus.
A comienzos de febrero, el rey visitaba Polonia y se reunía en una cena de gala con Dominika Kulczyk, famosa por ser una de las herederas de las mayores fortunas de Europa del este, y acudía a la misa por el 2ºaniversario de la invasión a Ucrania. Recordemos que también lo vimos en el Palacio de Amalienborg en compañía de un representante del Comité Olímpico Internacional (COI).
Por qué tanta privacidad
Tampoco habría entusiasmado el carácter privado con el que Federico preside los actos institucionales, de los que somos conocedores gracias al perfil en Instagram de la Casa Real danesa. ¿Prefiere salir como quiere en las fotos que se publican en la red social antes que se analice cada uno de sus gestos en un acto público? Nos cuadraría y mucho.
De hecho, en el mes de marzo, la pareja de Mary Donaldson participó en una cena junto a los representantes de las Fuerzas Armadas, la Fuerza Aérea y la Junta de Administración de Emergencias; vislumbró el desfile de la guardia real en el Castillo de Rosenborg; y recibió al Ministro de Industria de los Emiratos Árabes Unidos, Sultan al-Jaber, entre otros. Cabe destacar que la mayoría de los acontecimientos se festejaron en el Palacio de Christian VII, en Amalienborg.
El último acto
Fue ayer martes 16 de abril cuando volvíamos a presenciar una estampa de la familia real. Con motivo de 84º cumpleaños de la reina Margarita, Federico y Mary se reunieron junto a la soberana y se dejaron fotografiar a las puertas de Fredensborg. Estampa en la que también aparecía la princesa Benedicta, hermana de la reina.
Una vez que la monarca saludó a los presentes que se trasladaron para felicitarla, el grupo de royals entró en el domicilio para celebrar el cumple, cómo no, en el ámbito privado.
Foto | Gtres
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