Hay algo que preocupa a doña Letizia. Más allá de sus problemas con el calzado o los mensajes que recibe por parte de Jaime del Burgo, la reina siempre centra parte de su atención en algo que considera importantísimo: la alimentación de Leonor y Sofía. Desde niñas controló hasta el extremo sus dietas y, ahora que ninguna vive en Zarzuela, sufre por las calorías que puedan ingerir.
La reina es fan del producto natural, ecológico y de cercanía. Apuesta por las verduras frescas, el pescado del día o los alimentos sin aditivos. Detesta las chuches, los bollos, las bebidas azucaradas o el alcohol. Es una mujer preocupada por todo lo que ingiere y ha inculcado lo mismo a sus hijas. Pero claro, Leonor y Sofía están en la edad de tomarse por el pito del sereno la exigencias de mamá.
En concreto, es Sofía quien ha despertado las alarmas en Zarzuela. Cada domingo, el internado de Gales organiza un 'brunch' para los alumnos y la infanta es la primera en ponerse las botas. Tal y como detallan desde Monarquía Confidencial, en estas celebraciones se disfruta "de la comida que a diario no aparece en su dieta, como por ejemplo las hamburguesas".
"Los domingos disfruta de una alimentación a la que denominan entre ellos como el brunch. Se lo pasan muy bien", cuentan desde el citado medio. La que no se lo pasa tan bien es doña Letizia, que frunce el ceño desde Zarzuela al pensar que su hija come hamburguesas cada fin de semana.
Al parecer, "Sofía es diferente a Leonor, come como el resto de sus compañeros y de vez en cuando se salta la dieta", explican. La heredera, según lo publicado, ha salido a madre. Pone atención en lo que come y, aunque hace excepciones, no suele caer en la tentación. Bien es cierto que la vieron en una hamburguesería de Zaragoza hace escasos meses.
Fotos | Casa Real de España
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