La reina de los Juegos Olímpicos no es otra que la todopoderosa Simone Biles, quien ayer martes regresaba a la competición por todo lo alto y se agenciaba de la medalla de oro por Estados Unidos en la categoría de equipos. Lo ha petado, sí, pero hay alguien que no ha pestañeado ni un segundo durante el acto de la gimnasta. Me refiero a Jonathan Owens, su marido, al que hemos vislumbrado en la grada.
La historia de amor de este dúo de deportistas no puede ser más jugosa. De hecho, le exijo a Netflix que mueva sus hilos para que fabrique una comedia romántica. Todo comenzaba en 2020 cuando Cupido cruzaba los caminos del jugador de la NFL y la atleta de Ohio en una app de citas. Alucina.
Ojo, que ésta no es una aplicación de ligoteo cualquiera. Se trata de 'Raya', a la que solo tienen acceso celebridades de renombre. Después de varios meses de coqueteo telefónico llegó la gran cita, donde Owens se sorprendió de la altura de Biles. Y no es para menos: él mide 1'80 y ella, 1'42.
Un detalle del jugador de fútbol americano que llamó la atención de la gimnasta fue que el primero no era conocedor de la fama de deportista de éxito que arrastraba Simone antes de que se produjera este primer encuentro. Así lo revelaban en el documental 'Simone Vs Herself'. Se ve que el muchacho desconocía el concepto de stalkear, que viene a ser cotillear las redes sociales de otra persona.
Y llegó el 'Yes, I do'
En 2022, la pareja se comprometía y, un año más tarde, celebraban ni más ni menos que dos bodas. La primera tuvo lugar en el juzgado de Texas y fue tan íntima que solo acudieron los novios y los testigos. Justo lo contrario es lo que ocurrió en el segundo enlace, celebrado en el Cabo de San Lucas (México) y con la participación de 144 invitados.
No te miento si te digo que Biles ha derramado sangre, sudor y lágrimas hasta lograr todo lo que tiene ahora. Pertenece a una familia desestructurada en la que, debido a las adicciones de su madre, tanto ella como sus tres hermanos vivieron en varios hogares de acogida.
La situación cambió cuando su abuelo, Ron Biles, y la segunda mujer de éste, Nellie Cayetano, adoptaron a Simone y a su hermana pequeña. Los hermanos más mayores quedaron a cargo de la hermana de Ron.
Lo curioso es que fue el matrimonio el que animó a la niña a que se decantara por la gimnasia artística al llevarla a una jornada de puertas abiertas en un gimnasio cuando tan solo tenía 6 años. Es más, Ron y Nellie son los dueños del Centro de los Campeones del Mundo que hay en Spring (Texas), donde Biles entrena desde su apertura en 2014.
Fotos | Instagram de @simonebiles
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